No sé qué nos pasa que cuando nos convertimos en madres o padres hay un cortocircuito en nuestras vidas y absolutamente todo cambia. Esa pequeña criatura que entra en nuestras vidas, llena no solo nuestro corazón, nuestro espacio y nuestro tiempo, sino que además todo lo que hacíamos deja de ser lo mismo (por fortuna, eh.. porque o si no estaríamos ante otro fenómeno: el vivir sin que las cosas te toquen y te afecten, el perdernos de disfrutar la infancia de nuestros churumbeles que bien corta es, en fin.. que ya me estoy enrollando con otros temas… jaja).
Pero hay ciertas cosas, que hacíamos como pareja antes de ser progenitores que serían una pena perderlas, y sabes por qué, porque son «momentos y situaciones clave» para dar un buen ejemplo a nuestros hijos…
Hay vida después de la maternidad y paternidad… así a veces nos parezca que no.
Y mantener la chispa y la relación de pareja en sanas condiciones, genera bienestar a todos. Si estamos bien con nosotros mismos y con nuestra pareja, podemos generar bienestar a nuestro al rededor; si no es así, entonces es que algo no está funcionando bien en la relación, y si no ponemos pronta solución al tema, probablemente la factura a largo plazo, sea muy negativa para todos.
Cosas para seguir haciendo en pareja (cuando se tienen hijos)
Estas son, a mi modo de ver, algunas de las cosas que una pareja no «debería» dejar de hacer delante de sus hijos:
1. Besarse, cogerse de la mano, amarse…
En general, cualquier manifestación física de afecto y pasión – que si, que pasión también- frente a nuestros hijos les ayuda a entender que papá y mamá se aman, se quieren y que las manifestaciones físicas son parte de ese cariño. A parte de esto, a los más pequeños les ayuda a entender que no son «sólo suyos», es decir, que las personas «no somos de alguien más», que la capacidad de amor es infinita y que hay diferentes tipos de amor y de manifestaciones.
Que vean que hay cariño y respeto entre los padres, y que las manifestaciones físicas son válidas y libres de segundas interpretaciones, les calmará el «morbo» en el que suelen caer los pequeños por desconocimiento o mala información.
2. Discernir amigablemente (Discutir con amabilidad)
No podemos estar de acuerdo en todo, eso lo sabemos, pero a veces frente a nuestros hijos creemos dar un «mal ejemplo» si como padres no estamos siempre de acuerdo. Si bien es cierto que en la crianza debemos ir hacia un mismo objetivo, a veces los caminos pueden no ser los mismos, y surgen ciertos temas en los que podemos (y debemos) no estar de acuerdo.
Esta es una maravillosa oportunidad para enseñar a nuestros hijos que se puede pensar de forma diversa a una persona, y respetar sus puntos de vista y opiniones; que se pueden negociar las diferencias y acercar las posiciones, y por último que se pueden lograr acuerdos en los que algunas veces hay que ceder y otras veces en las que se logra acuerdo total. El poder de negociación se puede aprender en casa…. pero eso si, si no sabemos hacerlo nosotros, mejo no exponer a nuestros hijos a una bochornosa discusión, jejej
3. Armar planes sin hijos
Y además de planear esas actividades, hacerlo delante de ellos, no a escondidas. Que vean que siguen existiendo espacios de tiempo en los que los niños no son el centro; por ejemplo que vean que estás planeando una ida a comer a un restaurante especial con tu pareja, y que ellos incluso puedan hasta opinar. No hablo necesariamente de planes nocturnos, ya que cuando son pequeños la logística a veces se nos complica, pero si de tener esos pequeños espacios.
Demostrarles que son importantes pero no el centro de todas las actividades, les da la seguridad de que sus padres son independientes, que si, que nosotros también necesitamos de espacios de pareja, y que ellos lo vean y lo entiendan. Demostrando independencia, les estamos enseñando a su vez a serlo ellos mismos, y les quitamos el peso de los hombros de llegar a sentirse responsables de nosotros en el futuro.
4. Celebrar fechas «importantes» con una cena romántica
No sólo el aniversario de novios o de boda se celebra, pero si eres de los que no te acuerdas de otra fecha, igual invéntatela, y planea junto a tu pareja una celebración con una cena romántica en casa (así estén los niños por ahí, igual pueden participar de los preparativos y hasta servir de «chefs y meseros» si ya tienen la edad suficiente, no dejes de involucrarlos).
5. Planear una sorpresa para tu pareja
Esto es algo que solíamos hacer de solteros, o, como digo yo – de solteros sin hijos. Yo aún recuerdo la emoción que me daba planificar algo, con la complicidad de mis amigas o de sus amigos: fiesta de cumpleaños sorpresa, aniversario del primer beso, o simplemente algo para salirnos de la rutina.
Pues bien, ahora mientras escribo este post, que iban a ser sólo cuatro cosas, se me vino a la cabeza esta quinta… y creo que la pondré en práctica muy pronto. Invitaré a mis hijos a ayudarme a planear una sorpresa para el papá, buscaré fotos de nosotros de cuando estábamos aún más jóvenes y me inventaré algo… no sé bien qué, pero incluso creo que me apoyaré en la creatividad de mis hijos, y les pediré ideas.
De nuevo, mostrar con el ejemplo que los detalles llenan espacios y generan satisfacción y que el asombro es una herramienta importante en la vida para mantener activa la creatividad y la curiosidad, es una gran forma de enriquecer el día a día de la crianza de nuestros hijos.
Pues sí, es tan necesario encontrar esos momentos…pero tan difícil al mismo tiempo. EL peligro de la rutinización de las emociones es una sombra que está ahí, al acecho. A veces compartor una serie es un gesto de intimidad que nunca hubieras imaginado. Ratos que aunque breves pueden significarlo todo. Me encanta el post, Un besazo
Eso es Vane, de eso se trata… me gusta eso que dices de compartir aunque sea un simple gesto; lo hablábamos el sábado con Mamen en su presentación de Madresfera… es algo que hay que trabajar para no perderlo. Un abrazo
En este terreno vamos fatal en casa. Todo es niña, niña y niña. No hemos hecho nada a solas desde que nació. Bueno en pareja, porque si uno no está presente siempre lo está el otro. Siempre me justifico diciendo que como aún es pequeña… pero cada vez tengo más claro que debemos ir retomando esta parcela de nuestras vidas. Sin embargo, con otro bebé en camino ¡a saber cuándo lo lograremos!
No me gusta, me encanta! Y no puedo coincidir más. Aunque también te digo que tengo que buscar más momentos de pareja.
Acostumbro cada tarde buscar articulos para pasar un buen momento leyendo y de esta forma he localizado vuetro post. La verdad me ha gustado el articulo y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
Saludos