Hay cosas que hasta que no las vives no las crees, y desde luego la maternidad está en el top de lista.
Hasta que no estás ahí con tu bebé en brazos, pegado a tu pecho (o al biberón según tu elección) alimentándose, llorando o durmiendo, es como si nada de lo que te han dicho, o has leído o te has interesado por investigar, tuviera alguna razón de ser… (Mensaje subliminal para algunas como la Pedroche, y si no sabes a qué me refiero, ve al enlace, jeje)
Luego de un tiempo, que ya te has acomodado en tu nuevo rol de madre, las cosas empiezan a tomar forma y sobre todo a adquirir sentido, y poco a poco vas viendo como esos consejos no solicitados, o esos libros mal leídos a ratos, o esos artículos que tienes guardados en favoritos puede que “algo” pero sólo “algo” de razón y de valor puedan tener, porque ya a este punto hemos entendido que cada niño es un universo y que no todas las madres actuamos igual.
Pero hay algunas cosas, que son comunes a la gran mayoría de las madres, y que, me atrevería a decir, que casi todas hemos pasado por ahí… (incluso las madres recientes, estarán a punto de pasar por ellas) y son los momentos hitos de la maternidad… esos que creemos que nunca van a llegar, y que cuando finalmente llegan, es como una gran liberación, algo que nos llena de energía de nuevo para superar cualquier otra cosa… esos momentos, que llevas esperando a que pasen y se superen. Yo te cuento cuales han sido los míos
Momentos claves de mi maternidad
1. La primera noche que pude dormir más de 4 horas seguidas.
Cuando llevas 6 meses sin dormir más de tres horas de corrido, llega un punto en tu vida que tu única aspiración es poder dormir, una, aunque sea una sola noche más de 4 horas seguidas… porque ya decir 8 sería un sueño, tentar a la suerte o pedir demasiado; que con dormir un ciclo de 4 horas ya nos conformamos.
Así que, amiga mía, si estás en el periodo entre los 0 y 18 meses, no te preocupes, que a medida que ese pequeño tesoro vaya creciendo, tus probabilidades de lograr ese preciado objetivo de sueño, no estará tardando mucho en llegar… ten paciencia (¿más? ¡Me dirás! Y te respondo, si… más, porque esa es otra de las cosas de la maternidad: ¡el banco de la paciencia siempre tiene fondos, así en ocasiones pensemos que no!).
2. Mi primera ducha larga, completa y tranquila.
Las primeras semanas para ducharme era todo un sin vivir; no lograba ver a mi bebé y pensaba que, si tardaba mucho y él me necesitaba, se iba a armar la grande; ojo, eh, que me pasó con los dos… estas son de esas cosas y esos temores de los que solo te libras cuando ya les ves corriendo por los pasillos como locos. Así que esa primera vez luego de un puerperio prolongado, ¡es como un día entero en un spa! ¡Al menos para mí lo ha sido, en los dos casos!
3. La primera vez que volví a usar mi bolso (carteras en colombiano) y no la pañalera.
Yo fui de las que me hice a una pañalera monísima que no pareciera pañalera, gracias a un consejo no solicitado, pero bien intencionado de una vecina en Roma, que me decía que no iba a haber espacio en mi vida para un bolso y una pañalera, que lo mejor sería poder unirlos en un solo objeto, eso sí, ¡bien chic! A pesar de esto, yo anhelaba con toda mi alma poder volver a usar mis bolsos, y meter en ellos mis cosas bien ordenadas… (ingenua yo, porque lo que me costó mucho tiempo lograr, no fue tanto volver a los bolsos, sino que su contenido fuera realmente mío y no un vertedero de objetos variopintos de mis pequeños tesoros).
4. Cuando dejé de hablar de cacas!
No sé exactamente en qué momento fue, pero poco a poco estas conversaciones escatológicas fueron disminuyendo al punto de haber sido finalmente abolidas del temario social reduciéndolas únicamente a casos específicos de consultas médicas. Todo un alivio, cuando caes en cuenta de que ya no hablas de ello, cuando finalmente entiendes que ya tienes el control sobre esos temas (y muchísimos otros aspectos de tu vida como madre) y que dejan de ser parte de tus conversaciones, para pasar a ser algo simple y cotidiano.
5. El inicio del colegio de mayores de ElPeque
Esas primeras semanas cuando “recuperé” el tiempo para mis cosas; luego de recuperarme del efecto nido vacío (que sí que existe y da muy duro al principio – ese silencio y la soledad, son aterradoras, el saber que puedes hacer lo que quieras, salir a la hora que quieras es una doble sensación de libertad y vacío muy profundo- hubo días que incluso la tristeza y el sentimiento de “¿y ahora qué hago?” me dejaron muy mal), el poder volver a tener las mañanas enteras y parte de las tardes, solas para mí, fueron el momento que marcó el inicio de mi segunda vida profesional. Fue a partir de ahí que entendí que mi niño ElPeque ya había comenzado su andadura hacia su propia vida, y que ya también era hora de que yo retomara la mía.
A veces creo que esto lo debería haber escrito en cada año, para luego, con el pasar del tiempo no perder en la memoria, eso que en su momento me pareció tan importante, y que ahora no recuerdo. Hay grandes pequeños logros, pequeños pasos que como madres vamos superando a la vez que nuestros hijos van creciendo, que hacen que, mirando hacia atrás, veamos las cosas con otra óptica, algunas veces más postiva y otras con un toque más práctico… ¿será por eso que las madres de familias numerosas (y hablo de más de 4 hijos), ven todo con tanta calma y tanta practicidad?
Y tú ¿Cuáles son esos hitos que hasta ahora han marcado tu maternidad? Me encantaría saberlos, seguro que muchos tendremos en común…
Un abrazo,
Cata de Mamatambiensabe
Aún no he pasado por todos esos hitos, pero tendré paciencia, todo llegará 😅
Maricarmen, pero seguro que en este primer periodo has superado muchos… (yo es que ya no me acuerdo), como por ejemplo cuando tuviste que dejar de llevar discos de lactancia, o cosas por el estilo. Tu que estas empezando, no dejes que la memoria te las arrebate… un abrazo guapa.
Yo estoy haciendo mis pinitos con la recuperación del bolso. Si voy a algún sitio sin mi bichilla, voy probando pero cuando vamos juntas es un horror. Así es que estoy en un punto intermedio en el que llevo mi bolso de mujer normal y una de esas bolsas de tela que no pesan nada con sus apaños. Nada cómodo y nada práctico pero al menos ya se va alejando el bolso del carrito de mi vida.
Me encanta el post, y coincido con muchas!!! Y añado, el día que volvimos a ir de restaurantes más a menudo, y no tener que cocinar papillas, jajajaja. Besos
muy buena info!! gracias por el post
Echo de menos el bolso. No me había dado cuenta de esto hasta que he leído el artículo. 😀