No, a la «zoociedad» no le basta con que sea mujer, y punto.
No le basta porque siempre necesitaré un «apellido, una justificación, un adjetivo, una compañía que me de la valía que merezco.
Estoy cansada.
Estoy aburrida.
Estoy indignada de tener que reivindicar lo que para otros les viene dado por natura y sin más.
Estoy hasta los mismísimos… ovarios, si de algo vale tenerlos.
Soy mujer, y me siento muy orgullosa de serlo, pero hoy la vida me recuerda que poco nos sirve ese orgullo, si quienes nos acompañan en el camino no lo ven, no lo valoran, no lo respetan.
Soy mujer, y hoy no quiero que me felicites; hoy quiero que te levantes y alces la voz y te comprometas conmigo a cambiar esa mentalidad que te impide verme como alguien con los mismos derechos y las mismas oportunidades, independiente del género con el que he nacido.
Soy mujer, pero antes que nada una persona, que por género ha nacido mujer, con unas características físicas que me vienen señaladas, desde la tierna infancia por la sociedad, como objetos del deseo de otros, como cosas y no características, como obstáculos del desempeño o como bienes de trueque. Tengo el poder de gestar vida, y sin embargo la sociedad me resta la valía que tal poderío habría de tener.
Soy mujer, y si voy sola por la calle, se me señala porque mi sola presencia y mi sola compañía no me bastan para ser respetada, para no temer pasearme en la noche, para no temer ser ultrajada por miradas o manos que consideran que, eso que se pasea sin acompañante, es un objeto de libre disposición.
Soy mujer, y si me presento ante un trabajo no seré mirada por mis capacidades, ni mis habilidades, y menos aún si en edad reproductiva me encuentro. Y si por algún prodigio mis habilidades y mi experiencia son tenidas a buen recaudo, tendré con gran indignación que ver como serán subvaloradas frente a las de un hombre, si, porque los techos de cristal no son teóricos, son reales como el sol y la luna y el cielo que los cobija.
Soy mujer, y si me muestro interesada por las banalidades de la belleza, la estética y el buen vivir, se me tildará sin más consideración como superficial y si por alguna razón me tientan la galantería y la caballerosidad, de inmediato seré señalada como antifeminista; en oposición, si desdeño de mi aspecto físico, si me muestro ruda y segura, si hago alarde del desprecio por la debilidad asignada erróneamente a nuestro género, entonces seré inmediatamente señalada por mis congéneres como «marimachuda». No importa lo que haga, lo que piense o lo que diga, siempre seré objeto de señalamientos… por el simple hecho se ser mujer.
Soy mujer, y no puedo soportar que en mi interior dé gracias a la vida por no haber tenido hijas mujeres, porque la vida como mujer es dura, es compleja, está llena de desigualdades, de peligros, de señalamientos, de renuncias…
Soy mujer, y como madre estoy educando dos hombres que sean conscientes de que una mujer es igual de valerosa que un hombre, que entiendan que el respeto a otros ser humano viene dado por su condición de humanidad y no por su género, que las oportunidades han de ser equitativas tanto para uno como para la otra… Y sin embargo, veo como sus compañeros de colegio siguen con frases hechas que rompen cualquier avance: Eso es de chicas, corres como una chica, las chicas no saben jugar al fútbol, lloras como una chica, las chicas son tontas, las chicas no leen, las chicas sueñan con ser princesas, las chicas solo piensan en estar bonitas, las chicas… las chicas… las chicas..
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Esto se pensaba de nosotras hace casi 2000 años (s. III d.C) ¿Qué ha cambiado? Poco, muy poco. Este cartel está en la exhibición de Grecia en el MAN |
Soy mujer, y como madre te pregunto ¿Qué estás haciendo tu para que la próxima generación crezca libre de prejuicios de género? ¿Qué mensajes estás inculcando en tu hogar con tu ejemplo y tu hacer diario, que nos ayude a las mujeres a que un día tengamos que dejar de reivindicar nuestros derechos a ser vistas y valoradas en equidad e igualdad?
Soy mujer, y me duele ver que los modelos se perpetúan, que los micromachismos siguen presentes, que las diferencias siguen estando ahí en cada mensaje, en cada momento…
Basta YA… Soy Mujer y Punto. Y eso ya es suficiente razón para que mis derechos sean iguales a los tuyos. No me felicites, únete a mi lucha, a la de todas las mujeres que como yo, lo que queremos es igualdad y equidad.
Hola. una reivindicación muy completa y perfecta para abolir las diferencias de sexos. Creo que las familias y la escuela tienen que jugar un papel esencial para erradicar la diferenciación entre hombres y mujeres. Seguimos en contacto
Todos tenemos un papel muy importante! Si no ponemos de nuestra parte día a día difícilmente habrá cambios. Gracias…
Seguimos conectadas 😉