Abuelito, hoy es tu cumpleaños y antes de anoche soñe contigo.
Estabas sonriente como siempre, con tus chistes y comentarios, al menos como siempre te he recordado. Me desperté con una gran sonrisa, pensando que estabas aún entre nosotros, luego, al sacudirme la modorra, caí en cuenta que al igual que mi Abuelita(mamá) Flormaría, tu también nos habías ya dejado.
Viviste una vida como la quisiste; fuiste en pilón de toda una familia, de tus hermanos y tus primos, de los sobrinos de tu esposa y los primos y hermanos de ella; fuiste pionero y explorador, arriesgado y apasionado, y tal vez esa misma pasión te pasó gran factura en tus últimos años de vida… sin embargo, yo te recuerdo por todo lo bueno y el gran ejemplo que nos dejaste: La familia está primero, el trabajo bien hecho tiene recompensas y nunca serás más por tener más sino lo compartes con lo tuyos.
Más allá de la sangre está el vínculo familiar que se construye con el corazón
Se que no eres mi abuelo de sangre, pero nunca me hiciste sentir menos nieta que tus nietos; desde que viví contigo esos años en Houston me «adoptaste» como nieta siendo que sólo era «la hija de la prima de la madre de tu esposa» (casi que ni parientes ni cercanos ni lejanos). Me abrazaste en tu corazón como una nieta más, y siempre durante los treinta y pico de años que siguieron en nuestras vidas, me hiciste sentir que tenía un abuelo (y claro, también tu esposa, mi abuelita Gladys que gracias al cielo seguimos disfrutando) Esa capacidad tuya de amar y dar que te hizo ser grande, es lo que me hizo a mi ser afortunada.
Sé que no fuiste perfecto, que tuviste muchos momentos malos, que aún sin que fuera tu intención, hiciste sufrir mucho a quien más amabas, pero esto también me dejó grandes aprendizajes, me hizo entender que los defectos están ahí y que de nosotros depende el cómo evitar que con ellos, podamos hacer daño a quienes nos rodean. De ti y de Abuelita he aprendido mucho sobre la palabra perdón, y sé que aún me queda más por aprender.
Ahora yo también estoy formando una familia lejos de mi tierra, como tu lo hiciste en tu momento; solo espero poder, como tu lo has hecho, formar un núcleo tan fuerte y tan unido… o al menos, no dejar de pertenecer, a pesar de la distancia, de esa familia a la que tuviste a bien adoptarme.
Hoy solo puedo decirte gracias, gracias por haberme adoptado en tu familia, gracias porque hoy puedo decir: yo también tuve y disfruté tener un abuelo.
Buscando una foto para ilustrar este post, me encontré con esa… el día en que conociste a tu primer bisnieto. Esa emoción y los deseos que tuviste para mi hijo, los llevo tatuados en la memoria: –Mijita, le deseo que sea un hombre de bien y de familia. Gracias a ti, mi hijo ElMayor puede decir que también conoció a su bisabuelo.
Qué carta tan preciosa! Y qué enseñanzas tan grandes recibiste de tu abuelo. Me encanta la foto, es muy tierna. Qué carita de susto tiene el peque!
Marian muchas gracias por tus palabras… Y si el mayor sale con carita de susto! Jejejejeje