Campaña para fomentar la igualdad – SoyQuienDecide
Cuando en la blogoesfera maternopaternal nacen iniciativas que buscan aportar un granito de arena para hacer de esta una sociedad más justa y equitativa, más solidaria y sostenible, es cuando me siento más orgullosa de ser parte del gremio, porque si, somos un gremio así aún no nos hayamos constituido como tal.
Si eres bloguera/ro, sabrás de qué hablo, pero por si acaso no lo eres, te lo cuento. A mediados de diciembre a Alba de RealKiddys se le ocurrió que sería una buena idea lanzar un llamado a las redes sociales para derrumbar los estereotipos de «juguetes para niñas y juguetes para niños» que tanto marcan y tanto daño hacen para el correcto desarrollo, y con el apoyo de la comunidad Madresfera, se pusieron en la tarea de convocar a una «denuncia colectiva» sobre los juegos y juguetes sexistas para visibilizar, esto que yo llamaría igualmente, micromachismos: cosas como etiquetado, envasado y colores, que otorgan la calidad de «género» a algo tan elemental para el desarrollo infantil, como es el juego.
Los juguetes no tienen género
Los juguetes no tienen género, y ¡no deberían tenerlo! De ésto ya hemos hablado en éste mismo espacio, por ejemplo haciendo referencia a los juguetes de rol que ayudan a educar en la igualdad y la corresponsabilidad, que se quedan de lado simplemente porque en el empaque y la publicidad se les asigna erróneamente «un código de color asociado a un género específico», o se delimita su uso «mostrando ser utilizado sólo por uno de los géneros».
Ya lo he dicho antes, mis hijos desde pequeños han tenido los juguetes que han decidido tener. Al principio hubo cierta reticencia por parte del padre, que se fue esfumando en la medida en que veía que el hecho de jugar con muñecas, o con carritos de muñecas, o con la cesta de picnic, o con las cocinitas, no representaba nada más allá del juego simbólico y juego de imitación… dos tipos de juegos imprescindibles para el correcto desarrollos psicosocial de nuestros pequeños.
La base de la igualdad y los juguetes
Una de las bases sobre la cual se construye y perpetúa la desigualdad es la dada por la asignación de roles por género.
El rol del cuidado ha sido siempre vinculado en exclusiva a la mujer, y el hecho de que los juguetes de rol que están representando las tareas de cuidado sean asignados a un género específico, con códigos de color y empaquetado mostrando solo niñas, no ayuda en nada a cambiar este modelo social y por el contrario lo que hace es perpetuar el modelo de desigualdad de roles. (la enfermera, la niñera, la madre, la veterinaria, la cirujana de perfumes, la tienda de mascotas, la doctora, la peluquería, etc)
En contraparte, los roles de liderazgo, creatividad y fortaleza, se asocian a los hombres, aunque se intenta cambiar. Y en los juguetes también lo vemos reflejado, masculinizando a través de códigos visuales preestablecidos, todo tipo de acción lúdica que esté relacionada con la estrategia, el liderazgo, la fuerza, la maniobrabilidad de herramientas, la construcción. (Juegos de cartas, de mesa, herramientas, bloques de construcción).
Sin embargo es necesario de igual forma respetar los gustos de cada niño, que son independientes de su género, aunque sí comunes a ellos; así pues, si una niña se decanta más por el rosa, no creo que sea motivo de alarma de que está siguiendo patrones estereotipados o por el contrario si es un niño el que se decanta única y exclusivamente por coches a la hora de decidir qué juguete es su favorito, se tengan que encender las alarmas de la igualdad. La cuestión está más dada hacia el respeto en el mensaje que transmiten las marcas, en que no sean ellos quienes decidan por códigos preestablecidos, sino que sean los niños y las niñas quienes decidan por sus propios gustos.
Pero no va solo de género, juguetes para la inclusión
Hay un tema dentro de la equidad y la igualdad que suele dejarse de lado, y es la inclusión. «Queremos ver juguetes que contemplen la discapacidad» era una de las reivindicaciones de Melisa de Madre Reciente en este post en el que nos pedía que ayudaramos a difundir su mensaje para que las empresas fabricantes e juguetes incluyeran en sus catálogos juguetes que hicieran referencia a los niños y niñas con algún tipo de discapacidad, como ya lo han hecho empresas como Imaginarium o Mattel.
Visibilizar y exigir un cambio
Yo hago desde aquí un llamado para no cesar en la divulgación y denuncia de estos modelos de comunicación visual y packaging, que se convierten en una piedra en el zapato en el camino por el cambio de modelo hacia una sociedad más paritaria.
Solo si como consumidores responsables hacemos uso de nuestra voz podremos cambiar las cosas; solo si nos unimos en la denuncia y la visualización de estos modelos caducos, podremos cambiar las cosas. Que no se quede en una simple campaña navideña, que esto perdure como un hábito hasta tanto no logremos cambiar la mentalidad en aquellos que toman las decisiones de marketing, que la igualdad es un compromiso de todos, al igual que la inclusión, y que como tal, solo entre todos podremos cambiar las cosas… grano a grano se construye
Yo quiero que mis hijos sigan decidiendo el libertad el tipo de juguete que quieren, sin que la segmentación preestablecida y estereotipada de género esté de por medio. ¿Te unes?
Yo quiero que mi bichilla elija lo que le dé la gana. Actualmente, está enamorada de los perritos de La Patrulla Canina que a ojos de hace unos años serían unos dibujos para niños y no de niñas. Pero creo que a veces esta postura igualitaria se lleva al extremo de demonizar el color rosa, o las muñecas o las princesas. Con lo cual, también parece que algunos padres pretenden orientar las elecciones de sus hijas sólo para que rechacen estos roles de género. La mía me ve limpiar en casa y quiere imitarme. Me ve con el ordenador y lo mismo. Pero si vamos a comprar un juguete y le muestro un ordenador rosa y otro en gris ¡quiere el rosa! No le puedo decir que el rosa no porque está siendo víctima de un estereotipo, etc., etc. Que tiene 2 años y se entera de casi todo, pero hay tecnicismos que sé que no va a comprender. ¡Vaya tema complicado para la vuelta de las vacaciones!
Claro Lucía, totalmente de acuerdo contigo, cuando las cosas se sacan de contexto y se llevan a los extremos, pasa eso… se cae igual en el irrespeto a los gustos y decisiones de los pequeños. Por eso lo digo, y lo aclaro… que no se puede decir que el rosa es malo, lo que es malo es la "asignación de estereotipos por género" que no es lo mismo… un saludo.
Magnífica entrada Catalina, sí señor.
Yo también estoy en la inicitiva y es que mi hijo con 10 años juega con muñecas y muñecos ante la vista atónita de padres jóvenes que no lo entienden. Serán ellos los que no comprenden de qué es imprescindible ser genéricos sin tener en cuenta el sexo del menos?
Recordé que cuando era niña de unos diez años quise una patrulla de control remoto preciosa y con luces, mi madre me la regaló en navidad, tan natural para ella como para mi, yo decía que era de Barbie policía. Una tía puso el grito en el cielo y acusó a mi madre de que me haría machorrilla por comprarme un juguete de niños. A mis 35 años me siguen gustando los varones. 😀