Antes de dormir cuento y conversación

3
205
views

Cuando era pequeña, me gustaba mucho que mi abuela se
sentara conmigo en la cama a conversar; ella decía que yo lo hacía porque no me
gustaba dormir, pero la verdad era que disfrutaba mucho esos momentos, así que
desde siempre me imaginaba haciendo lo mismo con mis hijos todas las noches.

Desde que soy madre, la hora de dormir es una de mis
favoritas (y no solo por el descanso… ¡que también, eh!) porque es un momento
de mucha complicidad e intimidad con mis hijos; me siento al lado de ellos en
su cama (bueno, en la de ElMayor ya no, ahora me pongo en la poltrona al lado
de su cama)
a conversar, a resolver dudas y a escuchar inquietudes. Incluso, en
medio de nuestras lecturas, surgen conversaciones intercaladas con preguntas…

A conversar también se aprende

Me sorprende mucho cuando escucho a algunas madres asegurar
que sus hijos no cuentan nada, porque a los míos ¡no hay forma de callarlos!
Creo que independientemente de la personalidad de cada niño,
que, si es más reservado, menos comunicativo, mas retraído o no, se puede
fomentar la comunicación; soy una convencida de ello: tengo dos hijos muy
diferentes (vamos, como la noche y el día) y con los dos nos ha funcionado el “entrenarlos
para conversar”. Puede que al inicio resulte un poco difícil, pero con el
tiempo las cosas fluyen… y te lo digo por experiencia.
Con ElPeque tuvimos que darle mucho tiempo y espacio hasta
que finalmente empezó a contarnos cosas, pero empezamos desde que comenzó a hablar, y ahora es él incluso el que trae los
temas de conversación en la mesa, haciendo uso del mismo recurso con el que
aprendió a conversar: las preguntas.


Las preguntas invitan a respuestas y las respuestas a
conversación

Cuando eran pequeños (bien pequeños, con solo un año), empezábamos preguntas básicas, eran
cuatro y no las hacíamos todas las noches todas, no, yo las iba intercambiando
según iba viendo su interés en responder o su nivel de cansancio (que es algo
también a tener en cuenta… hay peques que a la cama ya llegan tan cansados que
a la segunda hoja del cuento se duermen, si es tu caso, tal vez estas preguntas
o ese momento de conversación puede ser durante el baño, también). 
  • ¿Qué fue lo mejor del día – cómo te hizo sentir?
  • ¿Con quién y a qué jugaste hoy – cómo lo pasaste?
  • ¿Qué fue lo menos bueno del día – cómo te sentiste?
  • ¿Qué recuerdas haber aprendido hoy?

Con estas preguntas, mis hijos empezaban a contar cosas, a
veces pocas, otras veces muchas más, y de ahí se iniciaban nuestras
conversaciones; ya casi no hacemos la rutina de las preguntas, porque poco a
poco se nos ha convertido en un hábito … conversar un rato antes de dormir, ya
hace parte de nuestros rituales familiares.
Aún hay días en que las hacemos, pero como ya nos más
mayores hemos incluido  ¿Qué pregunta
hiciste hoy?
 que solo usamos cuando les vemos retraídos y sin muchas ganas de
hablar (no es que no respete que no quieran hablar, pero intento que hablen, si luego ya no quieren pues ni modo, no insisto) Creo que es
importante que aprendan a comunicar lo que piensan y a poner nombre a sus
emociones, a verbalizar sus preocupaciones y a poner en claro sus pensamientos,
y estoy convencida que esto hay que motivarlo
, para poder generar una buena comunicación
a futuro…

Los beneficios de las conversaciones antes de dormir

Gracias a estas preguntas, no solo hemos desarrollado un
buen hábito de comunicación en familia, sino que me han dado muchas pistas
sobre cómo van sus cosas en el colegio, como está siendo el proceso de
adaptación al nuevo curso, cuáles son sus temores y sus pasiones. Me da también
la posibilidad de aclarar algunos temas, que más allá de lo académico, hacen
referencia a los valores que como familia queremos inculcar.
A diferencia de las conversaciones en torno a la mesa, estos
momentos de intimidad antes de dormir, me han permitido fortalecer mucho los
vínculos con mis dos hijos… ahora con ElMayor podemos hablar de “temas” que
delante de ElPeque no se pueden profundizar o simplemente temas que le dan más
corte de tratar abiertamente. Y con ElPeque, de igual forma, hablar de sus
juegos y sus fantasías y sus preocupaciones sobre la vida en otras galaxias o
sobre cómo hace Santa Claus para entregar todos los regalos del mundo en una
sola noche… ¡por ejemplo!
Rutinas como estas, son las que Rosa Jové diría no hacen mal
a nadie, y yo diría (no, digo) que son altamente recomendadas, ¡probadas y
comprobadas!

Me gustaría saber si tienes tu rutina, o cómo haces con tus
peques para fomentar la comunicación, creo que es un tema tan apasionante que
me encantaría poder tener en los comentarios muchas experiencias similares o
diversas para enriquecernos todos. 

3 Comentarios

  1. Lindo artículo. Nosotros le leemos cuentos a la mayor, y también hablamos sobre lo que pasó en el día, pero no lo tenemos sistematizado, y a veces ella prefiere dormirse viendo Calliou o algo así, saludos

    • Gracias Marcos! Yo creo que las rutinas no pueden ser camisas de fuerza, desde luego! Respetar los ritmos de los niños está siempre por delante de todo, aunque muchas, muchísimas veces nos cueste adaptarnos. Un saludo y gracias por dejar tu experiencia aquí plasmada.

  2. Hola: dialogo mucho con mis peques antes de acostarlas. Creo que es necesario que nos cuenten su día a día, sus momentos… También les leo el cuento. Suelo ser una madre con muchas rutinas. Seguimos en contacto

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

uno + 6 =