¿Quién no recuerda los juguetes preferidos de su infancia? Es más me atrevería a decir que muchos de nosotros quisiéramos que nuestros hijos e hijas disfrutaran con esos mismos juguetes del modo en que lo hicimos nosotros ¿verdad? Por eso es que una de las cosas que muchas veces extraño es tener una niña en casa para poder «heredar mis gustos», por fortuna como dice el dicho «a quien Dios no ha hijos, el diablo le da sobrinos» y tengo la suerte de tener dos maravillosas sobrinas que pudieron heredar todos mis juguetes y mis muñecas y que los disfrutaron a más no poder.
Uno de esos «juguetes favoritos» de mi infancia era mi «Edificio de la Barbie» con su maravilloso ascensor… soñaba con tener una casa así, abierta y luminosa…
Yo tenía tres barbies y un Kent, una de ellas era afroamericana, la otra tenía el pelo de alambre para poder peinarla y la otra era una Skipper que se le giraba el brazo y se convertía de niña a adolescente y nunca sentí que sus físicos me generaran ningún tipo de presión ni muchos menos, no soñaba ser como ellas a nivel físico sino a nivel de lo que podían llegar a ser (además para el tema del físico tenía a la Skipper que era más parecida a como era yo y tenía a mi abuela que me insistía que nunca debería soñar con ser una mujer hermosa por fuera, sino bella e integra por dentro), pero si soñaba con ser como mi mamá presentadora de televisión, o con ser veterinaria, o jueza (la negra era siempre la jueza o la policía en mis juegos, no sé porqué… y la del pelo de alambre era siempre la jefa), y será por eso precisamente que el vídeo que les voy a compartir a continuación me ha llegado al alma…
El vídeo me emocionó mucho, porque me vi ahí reflejada… volví a mis 8 años, cuando jugaba a que yo era la Barbie de pelo de alambre en su edificio, sentada contándole a su hija adolescente sobre cómo había sido el día en el trabajo, Y me hizo pensar en la importancia que tiene el hecho de soñar en grande cuando eres pequeña. El vídeo en ese sentido es además «empoderante» para las niñas y por eso mismo cuando me pidieron que colaborara para su difusión, acepté encantada.
Ver el vídeo me hizo caer en la cuenta de una obviedad, de esas que se te escapan por lo mismo: ser más sensible con el juego de rol que llevan a cabo mis hijos todos los días: ellos no juegan, ellos lo que están es «imaginando sus posibilidades». Me gusta que se reafirme la importancia del juego de rol, y que las muñecas pueden ser un gran instrumento si los padres y madres estamos también por otro lado apoyando el proceso del juego imaginativo, y guiando el tema de valores.
Me hizo transportarme al pasado, y pensar en el futuro…. Qué rápido crecemos, qué rápido crecen nuestros hijos, qué pronto se nos olvida soñar e «imaginar».
A mí sólo me compraron la Skipper ¡nunca tuve Barbie original! El anuncio me parece muy positivo, porque estas muñecas no siempre han gozado de buenas críticas.
Pues es lo que digo Lucía, nunca he entendido la demonización de las muñecas o de los videojuegos por ejemplo, el problema siempre está es en el uso y la forma en que los padres hacen su deber de guiar y educar.
Hola: conozco el vídeo de la Barbie y es fabuloso. Al igual que tu fui una niña que crecí con un par de Barbies y eran mis muñecas favoritas. No estoy de acuerdo con esos mensajes que nos encontramos en que las Barbies invitan a las jóvenes a caer en la anorexia y en la superficialidad de las tallas y el culto a la belleza. Una muñeca es una muñecay como tal es el papel que tiene. Creo que es esencial que jueguen con muñecas para desarrollar la imaginación y dejar volar la creatividad. Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido. Es una pena que no hayas tenido una niña para que pudieras compartir tus muñecas de la infancia. Por lo menos las disfrutan tus sobrinas. Seguimos en contacto
Estoy totalmente de acuerdo contigo Marta, yo tampoco lo veo así; yo creo que queremos muchas veces trasladar la responsabilidad de problemas internos a factores externos, estoy convencida que no soy una mujer superficial ni machista ni mucho menos sexista, y mira que crecí con muñecas a la vez que con helicópteros!. Tiene más que ver con los valores que se inculquen en casa, a mi modo de ver.
¿La cara de sorpresa de todos al ver a las niñas? pero no por ser niñAs… yo creo que nos falta creer más en los enanos. Me gustó el vídeo, gracias.
Es verdad…. sigue pareciendo increíble que las chicas nos podamos medir a lo que deseamos.