Mamá también tiene rabietas

6
392
views

Si, las madres también tenemos rabietas o pataletas, (y muchos adultos normales y no tanto, también).


Mamá también tiene rabietas

Esa reacción irracional cuando no puedes imponer tu voluntad (aún deseándolo o no), cuando sientes que no eres atendida (ya sabes eso de oídos sordos), que has repetido la misma súplica unas novecientas cuarentaycuatro veces sin obtener ningún resultado (y sin exagerar eh! que luego dicen…), cuando llevas 8 horas sin pausa escuchando chillidos, correteos y discusiones entre hermanos (que pasa a diario y aún así has logrado mantener cierta cordura), cuando sientes que tus necesidades no están siendo valoradas ni satisfechas (y la corresponsabilidad tanto de crianza como doméstica se ha tomado una excedencia), cuando sientes que quienes te rodean ignoran tus súplicas y sugerencias (te ignoran o pasan de ti que no se sabe qué es peor), te pueden llevar a estallar en una pataleta o rabieta, vamos, igual que los críos! ¿Verdad? (Pataletas, es mejor llamarlas así, como para seguir con el argot parental)

Tratándose de los niños y niñas, decimos que las rabietas o pataletas hacen parte de su crecimiento y su desarrollo, que no son otra cosa que su manifestación de la frustración que les produce no poder imponer su voluntad y deseo (nota mental: todos queremos alguna vez en la vida que sea haga lo que queremos o pedimos), y que con el tiempo pasarán!… Y si somos nosotros los que caemos en las rabietas o en las pataletas… pánico y terror: ¿Cómo es posible? hemos caído! Se supone que somos los adultos de referencia!!!! (Que no cunda el pánico – estilo chapulin colorado- y si no sabes quién es, pues dimelo y luego te lo explico).

No nos vamos a flagelar por haber caído en pataletas o rabietas (morirnos de la vergüenza aún no está contemplado como opción), que un mal día lo puede tener cualquiera, y eso no tiene porqué ponernos ETIQUETAS COMO MADRES (ya sabes… de esas que te señalan y te encasillan); sufrir unas cuantas pataletas en la vida no nos hace ser peores madres o padres! ser madre (o padre, porque a ellos también les puede pasar) a tiempo completo o parcial o lo simplemente madre/padre durante el verano 24/24 7*7 puede fácilmente llevarte a tener rabietas o pataletas… (a menos que practiques yoga, meditación trascendental, mindufulness, y seas una mamá muy zen – que en ese caso, valga a decir: te envidio) la diferencia, es que somos adultos, y podemos frenarnos a tiempo y controlarlas y pararlas.

Saber que somos los adultos de referencia no es garantía (ni nos vacuna contra las pataletas o rabietas); porque mamá (y papá) también puede llegar a gritar, mamá (o papá) también se cansa y tiene límites de paciencia y aguante, y como escribí hace algún tiempo mamá también se equivoca y también llora, tiene bajones de ánimo y es humana.

El problema está en cuando la situación se convierte en la norma; es decir, cuando las pataletas o rabietas de las madres o los padres se convierten en una situación cotidiana (día si día también); cuando la pérdida de control, toma control de nuestras vidas; cuando la desproporción de las rabietas y las pataletas y la frecuencia de las mismas va acompañada de mensajes sin sentido cargados de violencia verbal y modal hacia quienes nos rodean (vamos, como gritos heridos, amenazas y demás barriobajeces al estilo Sálvame)… ahí muy señores míos, ya tenemos otro tipo de problemas, y muy graves, que en nada tienen que ver con simples pataletas! (Eso ya es de consulta psicológica, sin lugar a dudas y por el bien de los críos).

Sabiendo que somos madres normales, perfectamente imperfectas y demás, que tan sólo hemos perdido (por algunos efímeros instantes la paciencia y la cordura que no la gordura), tenemos dos opciones…. O nos dejamos envolver en el torbellino de nuestras pataletas y de paso llevarnos con nosotros al centro del mismo a todos los que nos rodean (por lo general, nuestros pequeños tesoros quienes en parte nos han puesto al límite de caer en la situación, sin ser realmente responsables de la misma) o bien nos tomamos un TIME-OUT o TIEMPO FUERA nosotros y nos retiramos a respirar profundamente, a meditar y a recuperar nuestra cordura antes de seguir salpicando a los demás (si, la silla de pensar es en realidad para nosotro los adultos, yeah!). A veces no es fácil, pero no debemos olvidar que podemos controlar nuestras emociones y nuestras reacciones, somos adultos al fin y al cabo (Y no como en Del Revés – que no queda muy claro quien controla a quién- pero que al final de cuentas, todas las emociones son válidas y necesarias). 

El miércoles tuve una pataleta tremenda! Si, tal cual, lo lees… y mis hijos me miraban con cara de «quién eres tu y que has hecho con nuestra mamá» y no conseguía salir del bucle, por fortuna teníamos que salir de casa (en parte, fue justo el timing de la salida lo que disparó mi rabieta) y durante el recorrido a nuestro destino (que en nuestro caso es SIEMPRE largo) pude en medio del silencio sepulcral que se respiraba al interior del coche, recapacitar, pensar y pedir perdón a mis hijos por mi reacción desmesurada y excesiva (La silla del conductor es una gran silla de pensar, de verdad, además tiene cierto efecto terapeútico eso de fijar la mirada en la carretera). Cuando les dije que me perdonaran por «La pataleta que había montado» no pudieron más que echarse a reír…y desde luego yo igual! Pero ¿cómo es posible? Si, Mamá también tiene pataletas!. 

A veces nos dejamos llevar al límite y se nos olvida que SIEMPRE necesitamos una válvula de escape (no la del coche o la de la cocina, al menos no siempre), porque es mejor tomar distancia antes de que las situaciones nos superen. Hoy, he decidido que necesito tiempo y espacio para mi (bueno no es que hoy, hoy lo haya decidido, sino que hoy he decidido hacer valer mi derecho a un poco de tiempo para mi). Así que aquí me tienes, escribiendo desde un Starbucks, con mis tapones a los oídos para poder concentrarme, y decidida a no dejar que la presión se vuelva a acumular… Porque mamá también sabe que es mejor tomar distancia a tiempo antes que recaer!.

Feliz fin de semana…

Imagen tomada del Facebook de Educación Emocional, te recomiendo seguirles
Artículo anterior6 cosas sobre Lactancia Materna que resultaron ser falsas – #ProyectoK
Artículo siguienteCine en casa: Cenicienta – Sorteo cerrado
Soy Catalina Echeverry, madre, licenciada en Marketing y Publicidad, Coach, Facilitadora de Disciplina Positiva, Consultora DISC de Comportamiento Humano y ciudadana del mundo. La maternidad no sólo me cambio la forma de ver la vida, sino que me abrió el camino para el cambio continuo. Cada día aprendo algo nuevo, y eso me hace sentirme viva. Soy conferencista, cibercooperante del INCIBE y actualmente trabajo como Consultora de Formación en Habilidades Directivas, un profesión que me ha permitido cerrar mi círculo del propósito en la vida.
Compartir

6 Comentarios

  1. Hola. es normal tener alguna pataleta porque somos madres, esposas, trabajamos dentro y fuera de casa, atendemos a los hijos, los educamos, jugamos con ellos…y llega un momento en que estallamos… tienes razón que el coche nos sirve ara analizar y reflexionar… me gusto que todos terminarais riendo de tu pataleta! Seguimos en contacto

  2. Que buenos consejos. Tomó nota porque yo también tengo pataletas. Llego a mi límite y no razonó. Lo reconozco. Y son mus hijos los que me acarician como si fuera un gatito y me repiten en tono conciliador "tranquila mamá, tranquila ". Me tienen cogido el truco. Eso también

  3. Que increible articulo . De verdad que me encanta tu blog ! . Me parece muy bien que blogs como este den tan buenos consejos y ayuden a las madres a identificarse unas a otras. Felicidades estoy segura que eres muy buena madre ,sigue asi !

  4. Muy bueno Cata. Tienes razón, necesitamos esa válvula de escape. Yo también tengo rabietas ante mi hijo y pedirle perdón es una de las cosas que hago tras recapacitar y volver en mi, por suerte él me da un beso y me dice: ya estás bien?
    Un besazo y feliz fin de semana

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

cinco × 1 =