La malnutrición emocional y mental de la sociedad

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Se me colmo la copa! No puedo mas. No quiero repetirme, pero ya lo he dicho antes (ojo, y no soy la única que lo dice, desde luego), pero los últimos acontecimientos con menores de edad y madres y padres jóvenes que denotan una clara «malnutrición emocional» vuelve a poner sobre la palestra el tema de la importancia que tiene la educación y crianza y no sólo en la primera infancia.

El hogar es ese espacio en el que encontramos soporte, apoyo, guía, paz y refugio. No dejemos que la marea de la sociedad árida y deshumanizada, nos lo arrebate. 

Estamos ante una sociedad en crisis, y no podemos seguir mirando hacia otro lado; crisis de valores, crisis emocional, crisis en principios y objetivos. Hogares que se han transformado en nidos vacíos de padres e hijos, niños que crecen digitalmente huérfanos, padres y madres que no encuentran tiempo ni espacio para ejercer a conciencia y en responsabilidad su principal función como progenitores: la de criar y educar a sus hijos; abuelos que hacen de padres y madres; niños llavero que llegan a sus casas a enfrentar sus miedos y angustias del crecimiento con el eco de la soledad.

De verdad estamos todos locos, no es posible que porqué es un modelo repetitivo creamos que es un modelo correcto; como bien decía hoy Berna Iskadar de Conoce mi mundo y gran defensora de la crianza respetuosa, en su facebook«Que algo sea normal no quiere decir que sea sano, por el contrario. A menudo quiere decir que la sociedad está enferma, disociada, inconsciente, incapaz de discernir entre lo patológico y lo saludable, entre la ética y la corrupción, entre el respeto y el abuso…» y bien le replicaba mi estimada Olga Carmona: «Normalidad es sólo un concepto estadístico que significa «mucha frecuencia». Y lo hemos llegado a confundir casi con la verdad absoluta mirando con recelo a quien ose salirse o cuestionarlo.»


Pues señoras y señores me opongo rotundamente a ver como normal que los niños crezcan en un mundo baldío de cariño y de contacto físico, de apego, árido de atención y sostén emocional y moral. Me niego… no quiero que mis hijos tengan que vivir su vida conteniendo a otros seres con malnutrición emocional, que tengan que sufrir las consecuencias de ser gobernados por adultos con claras carencias en valores y ética – que si, que los valores y la ética también se aprenden en casa, y quien mejor que un padre y una madre para enseñarlos, pero claro, si no pueden estar, ¿cómo lo van a hacer?.

Se me ha colmado la copa, no quiero más esto en lo que nos estamos convirtiendo como sociedad. No he replanteado mis prioridades y resurgido de mis propias cenizas dando todo lo mejor de mi para la crianza y educación de mis hijos, para que la sociedad siga avanzando avasallante imprimiendo su huella de esterilidad emocional y moral sobre todos nosotros. No, No, y No.

Es un derecho de los niños el poder ser cuidados y atendidos por su madre y su padre en primera persona como principales fuentes de amor y sostén.  Lo decía la primera declaración de los derechos del niño, y lo sigue diciendo de forma no tan explícita en la nueva declaración, esa del 1989 en el Artículo 18. (Ver mas información en el post sobre Los Derechos del Niño).

Y como cada cinco años, el tema vuelve al ruedo disfrazado de programa pre-electoral bajo la sombrilla de las «Políticas de Conciliación Familiar y Laboral»
Hace un par de meses me topé con un artículo maravillosamente escrito, de esos que deberían ser leídos por todos esos responsables de programas electorales, mejor aún, de esos que deberían abrir el debate para que las políticas de conciliación, la educación y la igualdad dejaran de ser cartas de intercambio político y empezaran a ser consideradas «asunto de pacto de estado», en el cual su autora a parte de citar varios estudios y fuentes, hace una gran incisión con la cual estoy totalmente de acuerdo :

«En España y otros tantos países, como somos muy modernos y nos hemos creído la milonga de que somos iguales, seguimos haciendo pagar a las familias en general y a los bebés y niños en particular el precio de una igualdad mal entendida y un feminismo trasnochado y en el fondo patriarcal.  De modo que las propuestas políticas más ¿”avanzadas”? al final no son más que otra vuelta de tuerca más en esta escalada de deshumanización, miopía y castigo hacia quienes crean, crían, y cuidan. Y también hacia los bebés y niños, a quienes ven como algo simplemente “aparcable” para poderse ir cuanto antes a trabajar. Como si la crianza no fuera un trabajo importantísimo para todos. ¡¡Que estamos hablando de salud mental!!  … y de los derechos de los bebés ¿alguien se acuerda? » – Isabel Fernandez del Castillo 

¿De verdad creemos que sin la familia -sin importar la forma-  sin los valores y sin el apoyo de los progenitores podemos construir un mundo de seres equilibrados? Se nos ha olvidado que la sociedad se compone de individuos, y que de la calidad de su «nutrición mental» depende la calidad de la sociedad en la que se desenvuelven.

17 Comentarios

    • Por nuestros propios hogares y afectando a nuestro entorno cercano, y por exigir cambios en las políticas de conciliación que estén orientadas al bienestar de los niños no a la productividad y al bienestar del adulto. Eso es un paso… y no decaer ni un día en la lucha, Fernando… ni un día!.

  1. Uff, un tema muy delicado, porque cuando siempre está el "pues es mi hijo y lo crio como quiero" porque claro, una madre que tiene que trabajar y una criatura que se pasa de 7 a 19 en la guardería (el caso de mi compañero de trabajo que me parece alucinante), tiene que ser respetable porque esa madre ha elegido su carrera antes que su maternidad… ¿Y esa criatura y sus carencias? Pero claro, yo soy a la que "la maternidad ha vuelto loca" … en fin 🙁

    • Perdona, han elegido su carrera antes que su paternidadd esa madre y ese padre. Me parece una barabaridad que un bebé esté en la guarderia 12 horas, pero también creo que la crianza es cosa de dos. Seguir cargándola exclusivamente en las mujeres no creo que nos lleve a ninguna par

  2. Me ha gustado mucho la palabra "malnutricion emocional", que importante es incidir en que eso no pase
    Me ha gustado mucho tu post, lo comparto pero hay veces que es muy complicado gestionar todo de la manera que una querría, y desde luego no estamos respaldados de ninguna manera para poder hacer las cosas sin tantos sacrificios, estreses y comeduras de tarro
    Un abrazo!

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