Se acerca el fin de trimestre lo que para muchos niños se convierte en terror por las posibles reacciones de sus progenitores al ver que las notas no son todas de sobresalientes o notables como ellos esperarían…
Otros tantos niños, con ataque de euforia esperando ver la cara de satisfacción y orgullo (acompañada seguramente de algún regalo por ahí) al ver esos SB y NT en sus reportes.
Unos pocos, simplemente pasaran de darle importancia a eso de las notas. Tanto padres y madres como niños lo ven como «un mero trámite» que en nada tiene que ver con la verdadera función académica de la educación.
Y en ese último grupo quisiera estar yo, lo confieso! pero la realidad es bien distinta, por más que me empeño en decirle a mis hijos que una «calificación» no es una medida infalible de su desempeño e inteligencia, el medio en el que nos movemos, la sociedad en la que estamos, si lo ve como medida… como rasero, como diferenciador.
Hemos cambiado de colegio, y para nuestra fortuna, también de sistema de evaluación, pero lo que no hemos logrado cambiar es la mentalidad -tanto propia- como de los demás niños y padres que se miden a sí mismos y a sus hijos en función de una escala numérica.
El sistema actual en el que están estudiando nuestros hijos, no da notas, lo que hace es una evaluación del progreso de cada uno de ellos en función de sus propias capacidades y nivel de aprendizaje, pero no asigna SB, NT ni 5 o 10. Aún así da unas escalas y ahí es dónde nuestra tendencia a la valoración nos juega una mala pasada -y a la mayoría de padres locales del cole- , porque asumimos por defecto que la escala indica si nuestros hijos están haciendo las cosas bien, regula o mal, en lugar de pensar si nuestros hijos están logrando aprender o no.
Es nuestro segundo año escolar en el colegio nuevo, y el martes en la reunión con la tutora de ElMayor (2009) por primera vez lo entendimos – los números que aparecen en el reporte de progreso –que no de notas– son simplemente una escala sobre sus propias capacidades, y lo importante es el esfuerzo y la constancia que tiene, al ir superando poco a poco y con buen ritmo cada una de las etapas de aprendizaje en las diferentes áreas. Eso es lo que miden, que ha aprendido y no si lo está haciendo bien, regular o mal.
Sigue siendo evaluación, es cierto, pero del desempeño y habilidades, no de conocimientos como tal, sino de conceptos y de cómo aplicarlos. Y cada niño y niña tiene su propio nivel, y sus propios retos de aprendizaje… y lo que se evalúa es la constancia y el esfuerzo en superar cada reto.
Recuerdo que el colegio anterior intentó «españolizar» este sistema pero el problema era que los profesores seguían poniendo «nota y valor numérico» a las evaluaciones, entonces el informe de progreso terminaba siendo una mezcla incomprensible tanto para maestros y progenitores como para el alumnado.
Las cosas tienen que cambiar, porque ya en la vida práctica los conocimientos no son la medida del éxito o fracaso, sino lo que hacemos con lo que sabemos, nuestras habilidades y competencias… y eso no se puede medir en una escala numérica.
En resumen, han llegado los reportes a casa, y nosotros estamos muy satisfechos con el desempeño y progreso de nuestros hijos, y con el firme propósito de sacarnos los viejos preceptos de la cabeza… Y no, no hay regalos por las notas, habrá celebración por el trimestre superado… que nos lo merecemos todos!.
¿Cómo llevas en casa el tema de las notas? ¿En el cole de tus hijos han implementado ya el nuevo sistema de evaluación? ¿Qué piensas de las calificaciones tradicionales? Me encantaría saber tu opinión al respecto.
Como bien dices es tremendamente complicado valorar de forma distinta a como se hace en el cole o por el resto de las familias, porque al final el sistema te impone unos items que hay que superar, al menos así lo vemos en casa.
Nosotros sí tenemos las notas convencionales (SB, NT,..) pero en la parte trasera del boletín se valoran más las actitudes del niño y eso es lo que damos importancia delante de nuestros hijos.
Me parece Cata… que este tema me da para un post… jejejeje… ¡¡Qué gusto leerte y encima salir con ideas para escribir!!
Bss guapa!!
Pilar pues creo que podemos ir haciendo algo con ese cambio de mentalidad, al menos como tu dices, en la valoración hacia nuestros hijos y en que ellos interioricen qué es lo verdaderamente importante en su vida académica.
Es un honor que consideres éste post como inspiración para tu blog. Ganas de leerte.
Un abrazo
En nuestro cole, y creo q en todos los de aquí, son notas tradicionales; este es el primer año para Marcela, q ha empezado Primaria. Bruno, en Infantil, tiene valoración de actitudes y de progreso.
En este cole hasta tercero de primaria no dan las notas de los exámenes, así q hasta q no dan el boletín trimestral no sabemos notas.
No te negaré q me enorgullece q mi hija saque buenas notas, muy buenas, pero no me gusta nada q ella misma casi lloriquee porque no tienen ningún 10. Tanto su padre como yo le decimos q lo importante es q siga trabajando y esforzándose, q ya saca notas buenas y q si sigue así llegarán los 10, pero q no es ni necesario ni lo más importante.
Tampoco nos obsesionamos con que estudie cuando tiene un examen, creo q aun es pequeña para hincar codos. Con lo q hacen en clase, los deberes y un pequeño repaso en casa antes del examen creo q va bien, aunque está claro q será según el niño. Desde luego mientras Marcela tenga buenos resultados así, no pienso forzarla más.
Un beso
Genial que no se les fuerce, yo realmente creo que cuando son pequeños, como tu bien dices no se debe hacer porque puede llegar a ser contraproducente. Ahora está de otro lado el nivel de "auotexigencia" de cada cual y ahí mas allá de dar ánimos e inculcar calma, no creo que sea mucho más lo que los padres podamos dar. Seguro que Marcela será una alumna excelente siempre. Un abrazo guapa
Ese sistema de evaluación me parece ideal, nosotras aun no hemos empezado el cole, pero siempre me ha dado pánico como marcan y tachan de "listas o tontas" a las criaturas según las notas, sin tener en cuenta muchísimos otros factores. Además, que esas competitividades por ser el mejor y las frustraciones que por otro lado tiene por no lograr objetivos que les marca el sistema y no ellos mismos, es lo peor 🙁 ¡Ojalá en el futuro cole que nos toque apliquen sistemas así! 🙁
Annabel pues yo estoy muy contenta, y de verdad espero que encuentres algún lugar así, al menos en primaria que los centros tienen mayor flexibilidad, porque luego llegan la ESO y el Bachillerato y ya veremos con qué nos toca lidiar.
Un abrazo