Mindfulness
No es un término de moda, es una actitud ante la vida que nos invita a vivir en el hoy y el ahora, y que como tal, nos ayudará a ser mejores padres y madres ya que la gran mayoría de las necesidades reales y emocionales de nuestros hijos se basan en la atención y el cuidado. ¿Cuántas veces hemos dicho u oído decir que lo que ese pequeño ser a nuestro lado está haciendo es tratar de llamar nuestra atención? y ¿Por qué nos sorprende tanto?, si sabemos que lo que TODOS buscamos en la vida es un poco de atención, ser tenidos en cuenta y ser considerados! ¿No crees que si diéramos más atención real a nuestros pequeños, estos no tendrían la necesidad imperante de «llamar nuestra atención»?
Pero es que no es fácil eso de vivir en el hoy y el ahora, y mucho menos desconectar nuestra mente para reconectarla con el ahora, y de eso me dí cuenta como nunca antes el día 1 de enero , después de haber sufrido un ataque de pánico postraumático tardío (debido a la sombra del recuerdo del accidente cerebrovascular sufrido el 1 de enero del 2014) que me paralizó y me encadenó al pasado; fue un día prácticamente perdido… encadenado al pasado y ausente del presente (mi familia cercana -hijos y marido- y amigos fueron de gran apoyo en éste trance), al final del cual me encontré con una publicación en Facebook que me hizo sacudir la conciencia.
Uno de los pioneros de la famosa «autoayuda» el Dr. Wayne Dyer, a través de su fanpage, nos daba a sus seguidores 10 consejos para enfrentar el año con la mente puesta en el hoy y el ahora. Esa noche los leí y releí y me di cuenta que muchos de esos consejos son tan válidos y adaptables a la educación de los hijos que decidí compartirlos con ustedes. Haré un intento de traducción (lo mejor que logre hacerlo, ya que no soy traductora oficial y si quieres puedes ver la publicación original haciendo click aquí) y también haré mis comentarios sobre como creo que esos consejos se podrían aplicar en nuestra labor como padres y madres.
«Solo se puede vivir minuto a minuto. Puedes usar tus momentos presentes pensando en qué haras en el futuro, pero eso no cambia el hecho de que sólo puedes vivir en el presente. La pregunta importante para hacerse a si mismo es: ¿Cómo voy a vivir mi momento presente éste año? ¿Voy a gastar esos momentos revisando el modo en el que me compartaba antes? ¿Voy a usar eseos momentos analizando cómo debería comportarme en el futuro en lugar de resolviendo como vivir cada día al máximo?» Wayne Dyer
10 consejos para vivir en el presente:
- Recuerda que los hábitos cambian practicando nuevos comportamientos. Practicando una nueva forma de pensar, cada cinco minutos, pronto empezarás a ser un maestro en el arte de vivir en el momento presente. Paso a paso, como lo hacen los niños, reaprendiendo y repitiendo una y otra vez nuestro propósito de cambio hasta lograrlo.
- Haz una valoración honesta de tus «problemas». Será muy probable que descubras que casi todos tus problemas están realmente en tu cabeza y no en la realidad. Cuando los peques están con un comportamiento errado a veces los padres y madres solemos «agrandar las situaciones» en lugar de encontrar las soluciones simples. Solemos ver la actitud del pequeño como el problema y así nos es más difícil encontrar la solución. A veces los malos comportamientos no tienen una razón de ser más allá que el malestar inmediato por algo que es más evidente de lo que nosotros mismos queremos ver.
- Tómate el tiempo de ser realmente consciente (minduful) de todo lo que te rodea. Empieza a mirar todo tu entorno con una nueva luz. Observa cada detalle en cada cara, en cada edificio y en cada objeto. Si haces esto a menudo, se convertira en un hábito que te facilitará estár vivo y presentente en cada momento del año. Si lo lográramos hacer al menos durante cinco minutos cada vez, el ver y escuchar todo lo que nos rodea cuando estamos con nuestros hijos, tendríamos seguramente más herramientas para entender muchos de sus comportamientos, ellos se sentirían mejor atendidos y más escuchados; seríamos capaces de ver las cosas con la perspectiva que ellos las ven; nos dejaríamos sorprender cada vez más y se nos facilitaría el poder empatizar con sus emociones.
- Cambia tu actitud. Empieza un plan de «reformulación de actitudes» Esto significa practicar el disfrute pleno de todo lo que haces. Esto es algo que si logramos hacer puede ser un gran legado para nuestros hijos: que ellos vean que como padres y madres somos capaces de modificar ciertas actitudes, ciertos comportamientos. Por ejemplo, dejar de gritar, o ser más dispuestos a escuchar a nuestros hijos, no reñir a la primera, aislar los problemas de la oficina, sonreír más, quejarse menos, ser más agradecidos, etc.
- Sé específico sobre lo que quieres y toma acciones para lograrlo. Decide una cosa sobre la que quisieras trabajar y empieza hoy mismo. Trabaja a diario, en lugar de convertirlo en un objetivo a largo plazo.
- Créate una agenda de mejoramiento personal para ti mismo. Pon en ella todas las actividades que siempre pensaste hacer y nunca tuviste tiempo de hacer. Házlas ahora. Hacer proyectos de inmediato cumplimiento con los hijos es una forma de pasar tiempo de calidad con ellos; un juguete reciclado, salir a montar bicicleta, una caza de tesoros, lo que sea puede ser una buena ocasión para hacer algo y hacerlo ya!.
- Libérate de tareas mundanas que no son realmente importantes. Invierte más tiempo haciendo tu vida placentera. Que la colada puede ser una ocasión para divertirse en familia lo puedo confirmar; que si no se plancha a diario no pasa nada, también lo puedo asegurar; que la casa basta con que esté en órden y no pasa nada si un día no se organiza porque nos vamos todos de excursión al campo!
- Elimina la procrastinación (dilación) como estilo de vida. En vez de hablar a tí mismo sobre lo que vas a hacer la próxima semana o incluso mañana, emplea ese tiempo para empezar ya mismo esa nueva tarea. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, tal vez mañana el sol no brille tanto como hoy! Es algo que siempre me decía mi abuela, y ahora se lo digo yo a mis hijos. La fórmula GTD – get things done, que me cuesta poner en práctica para lo gordo pero no para lo cotidiano; nunca dejes de dar un abrazo y un beso, o dejes de tirarte al suelo con tus hijos cuando te piden jugar porque el momento es ahora.
- No dejes el control de tu vida en manos de otros. No podrás disfrutar del momento presente si estás ocupado tratando de complacer a todos y buscando gustar a todos. La gente te respetará más si tienes una postura de firmeza y autoconfianza. Recuerda que tu y tus hijos son los protagonistas de tu vida… el resto… son eso, el resto; no puedes tener a todo el mundo contento pero si puedes ser feliz tu y hacer felices a tus hijos, estando presente en mente y cuerpo y con consciencia plena del momento.
- Siéntete bien contigo mismo. Eres un ser humano maravilloso. Siéntete bien con esa persona con la que siempre estás. Eso lo verán tus hijos y se sentirán ellos mismo seguros de sí mismos y orgullosos de su madre/padre.
Creo que es un buen propósito para éste nuevo año! Un día a día a plena consciencia… y tu, ¿Cómo lo ves?
Hola: acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho la variedad de temas que tratas vinculados con la educación. En este momento me interesan mucho este tipo de reflexiones por lo que he creado un blog dedicado a los jóvenes y al uso que hacen de las nuevas tecnologías. Te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.
Gracias por pasarte… he cotilleado tu blog y me parece genial, tenemos temas en común y muy complementarios. Enhorabuena.
Me encanta, a mi el punto 8 y 10 me cuestan bastante, pero este año lo consigo seguro. Cambiar nuestra vida comienza con un cambio interno, y si hacemos ese cambio se produce a la vez en nuestro alrededor, con los hijos, la familia, etc… Muy buen post, un besazo.
Con lo maja que eres no veo como el punto 10 te cuesta! Laura no es fácil pero como digo tampoco debe ser tan complejo. El tema es empezar por cinco minutos de mindufulness al día y así ir aumentando cada día un poco más, hasta que se nos vuelva un hábito.
Feliz 2015!