Maltrato y abuso sexual infantil – Heridas que no sanan

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¡Hoy vas a cobrar! Cada vez que escucho esta frase en la calle se me pone la piel de gallina. Para mis lectores no españoles les cuento que es una «frase común» para «advertir» a los menores que «están por recibir un amonestación física» sea bien una bofetada, un azote, un cachete… y lo más aterrador de todo, es que es de «común usanza» también el cumplimiento de la advertencia.

«El 75% de las lesiones por maltrato infantil se producen en la zona de la cabeza o el cuello y el 10% en la cavidad oral, según estimaciones de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM). El maltrato, abuso o explotación sexual es sufrido por entre el 15 y 20 % de los niños y adolescentes de España, según datos de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil (FAPMI).» Así empieza el articulo del diario 20 minutos ver mas aquí

No al maltrato infantil
Es alarmante, e intolerable que en pleno siglo XXI se sigan dando estas cifras.
EDUCACIÓN es la clave… educar a la sociedad para RECHAZAR CONTUNDENTEMENTE CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA. 
Hay heridas que nunca sanan, y ellas suelen no ser visibles. Un golpe no es el hematoma o el brazo partido, o la contusión cerebral que se ocasiona; o el rojizo sobre la piel luego de un azote o un cachete. No, esa no es la herida que hay que sanar, hay otra mucho más profunda e invisible que queda perpetuada entre la piel y el alma de quien la ha sufrido. 
Las vejaciones sean físicas o verbales, son el continuado y progresivo maltrato psicológico del que son victimas millones de niños y niñas; abusos verbales acompañados de amenazas, cachetes o azotes, bofetadas e insultos, son heridas que dejan una marca indeleble en el autoestima de los menores; menores que creceran siendo adultos que perpetúen los mismos modelos de violencia.
Cuando a un niño se le amenaza con que «va a cobrar», se le está solo enseñando a tener miedo, a que la única forma de corrección es a través del uso de la fuerza y la violencia. Y puede suceder que el pequeño crezca creyendo ser merecedor de malos tratos o bien que crezca creyendo que el maltrato es válido y repita el modelo o bien con su congéneres (acoso escolar y posterior mobbing en el trabajo o bien abuso sexual) o con sus futuros hijos.
No se pega, y punto! pero esto se lo digo a los adultos, a los mayores que tienen a su cargo la educación de los menores… no, bajo ninguna premisa… NO SE MALTRATA A UN MENOR! 
Del mismo modo en que como adultos no toleraríamos que nuestros jefes o maridos o esposas nos pegasen como «metodo» para «corregir», tampoco podemos permitir que los menores sean agredidos de esta forma, ni física ni verbalmente. TODOS LOS SERES HUMANOS TENEMOS EL DERECHO A QUE SE NOS RESPETE NUESTRA INTEGRIDAD FÍSICA Y PSÍQUICA , así que no hay nada más absurdo que sean precisamente los padres y madres quienes, en lugar de proteger a sus hijos, terminen violando sus derechos, en «aras de la correción».
Tan simple como esto: Los padres y madres somos los responsables legales y morales de la integridad física y psiquica de nuestros hijos, entonces… no existe ninguna razón lógica ni válida para que seamos los primeros en infringir nuestra propia responsabilidad!. 
Y por otro lado está el ABUSO SEXUAL. Ese que «ABUSA del amor y TRAICIONA la confianza innata del menor hacia su padre o madre o tío o abuelo»… esa, la mayor de las traiciones y el mas execrable de los maltratos. Ese que deja la marca perenne y arruina vidas y futuros, ese que se calla y oculta bajo la infamia. Ese que mutila no solo físicamente. Ese que para quienes lo han sufrido, se convierte en un escollo que se arrastra de por vida, y que generalmente ha sido perpetuado por aquellos cuya infancia se vio teñida de golpes, azotes, insultos y vejaciones al tenor de la «buena educación». Basta ya!
Lo que más me sorprende es que aún exista quién vea en el azote o el abuso, una «manera válida de educar». Que hastío.No olvidar que NO SE PEGA, NO SE TOCA Y NO SE TRAICIONA LA CONFIANZA DE NUESTROS HIJOS!.

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Soy Catalina Echeverry, madre, licenciada en Marketing y Publicidad, Coach, Facilitadora de Disciplina Positiva, Consultora DISC de Comportamiento Humano y ciudadana del mundo. La maternidad no sólo me cambio la forma de ver la vida, sino que me abrió el camino para el cambio continuo. Cada día aprendo algo nuevo, y eso me hace sentirme viva. Soy conferencista, cibercooperante del INCIBE y actualmente trabajo como Consultora de Formación en Habilidades Directivas, un profesión que me ha permitido cerrar mi círculo del propósito en la vida.
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11 Comentarios

  1. ¡No puedo estar más de acuerdo! La violencia -física, verbal, emocional, explícita, implícita…- deja una profunda huella en el cerebro infantil y sus efectos pueden ser devastadores. Precisamente estos días se acaba de publicar un libro que habla de las terribles consecuencias emocionales, cognitivas y sociales del maltrato y el abandono infantil. Se titula "Neuropsicología del abandono y el maltrato infantil" y creo que puede ser de gran ayuda para profesionales de atención a la infancia así como para familias acogedoras y adoptivas.

    Enhorabuena por el blog. Un saludo,
    Beatriz
    http://educaraloshijos.blogspot.com

    • Cómo te entiendo. .. ke provoca a uno meterse bajo una piedra. Muchas gracias por tus comentarios y por enriquecer el debate bal respecto. Es triste que tengamos que repetir algo que ya debería estar interiorizado. ..

      Un fuerte abrazo y bienvenida por acá.

    • Y lo más triste es que sea el común denominador… tenemos que romper esa cadena entre todos.

      Mychas gracias por pasarte y dejar tu muestra de repudio a esa otra forma de comunicación violenta.

      Entre todos vamos sumando.

      Un saludo

  2. Yo intento no decir nada así, ni que oigan nada de este estilo en su entorno. Cuando lo escuchamos por la calle, intento explicarles que eso no se puede hacer, y que seguramente esa persona no sabe sacar sus sentimientos hablándolos.

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