Creo que entiendo porque no he logrado conectar con el espíritu navideño este año: porque la niña que hay dentro de mi está adormecida de dolor y nostalgia… las muertes de las dos mascotas, la muerte de el abuelito de mis sobrinos, la muerte del padre de una gran mujer… siempre la muerte, me ha sacudido recuerdos de infancia, pérdidas tempranas y otras de la adolescencia. Me han movido sobre el sentido de las ausencias… y la familia.
La sombra de la muerte, que me ahoga, porque sé que se acerca a pasas agintadados a la puerta de la casa de la persona a quien mas debo en la vida: mi abuelita paterna. Y saberla en la distancia, y sentirme maniatada por no poder estar con ella, contemplarla, cuidarla y mimarla como debería hacer toda buena hija, me corroe el alma, y me borra la sonrisa. Y pensar que pasará otra navidad más sin verla, sin abrazarla (y que tal vez sea su última navidad), me parte en dos.
No es fácil ser expatriado, y es justo en estas épocas en que el peso del desarraigo te oprime mas; es ahora cuando más se echa de menos a la familia, a los amigos de infancia, a las fiestas tradicionales, a la comida, las luces, la bulla, las novenas con los amigos, el olor a natilla y buñelos, el caos de mi ciduad… todo esto y más…
Muchas personas de mi entorno real y virtual se quejan de tener que «aguantar» durante esta época el encuentro con la familia, con ese cuñado que después de dos copas de vino se pone insoportable, o la tía que no deja de cuestionarte tu forma de crianza, o la suegra, esa suegra que con una mirada entiendes que nunca aprobará la relación… pero yo daría lo que fuera, por tener que «aguantar» esta vez todo eso y mucho más… la familia es eso y mucho más! Y sólo cuando no la tienes, es que entiendes la importancia real de tenerla… así no sea perfecta, así no comparta nuestros mismos ideales, así sean todos insoportables… la familia tiene un valor único: es apoyo incondicional y tribu.
Mis niños ya acusan la ausencia de familia… los amigos por fortuna nos cobijan en estos días, y no faltan tardes de intercambio, pero también los peques sienten ese vacío…. y es la primera vez que soy consciente de ello….
Por eso hoy, quiero hacer un homenaje a mi familia, por extraña y desestructurada que sea y haya sido, hace parte de lo que soy hoy en día: por efecto o defecto, me han enseñado y hecho reflexionar sobre quien quiero ser y el tipo de familiar que quiero construir… son mi sangre, son las mujeres que me han acompañado a su manera en los diferentes momentos clave de mi vida, son las mujeres que, aún sin hablarnos a diario, pueden con un simple gesto, llenar de alivio mi corazón…. a esas 6 mujeres quiero decirles que las amo y las extraño…que las abrazo en la distancia: Mis dos medias hermanas, mis dos sobrinas, mi madre y mi abuela-madre ….
Ayyyyyyyy estas fiestas, estas fiestas son de echar de menos. En cuanto a la familia, es muy importante pero a veces hay pesonas que no comparten tu sangre y te quieren y apoyan más que si fueran tus hermanos…
Feliz Navidad!!!
En parte estoy de acuerdo contigo, y como en todo en la vida, hay matices… los hermanos de vida, es decir los amigos, los verdaderos son grandes tesoros y seguro que si no están cerca también les echaríamos de menos.
Un fuerte abrazo y una Feliz Navidad a ti también.
Un abrazo Cata. El 4 de enero hará dos años que mi padre nos falta y es durísimo… no me consuela refugiarme en el calor de otros, que ya lo hago, porque yo la pena y el vacio lo llevo en silencio y por dentro… y no… no lo supero, su ausencia es enorme e injusta. Un beso muy gorfo y Feliz Navidad.
Cuanto lo siento… si has perdido a alguien querido en coincidencia con estas fechas, es mucho más complicado todo. De verdad que lo siento mucho… y te abrazo de todo corazón. La pena nunca se va, sólo que el corazón aprende a convivir con el duelo: mi padre nos dejó hace 17 años y aún le echo de menos. Un abrazo de oso y Feliz Navidad para ti también.
Querida… Sabes que te comprendo… Yo aprendí a vivir con las ausencias, pero eso no significa, ni de lejos, que no las añore. Es sólo que pienso que ellos estarían felices de verme feliz, se horrorizarían si vieran que sufro por ellos… Y sé que velan por mí allá donde estén.
Tu distancia es distinta… La marcan los km… Y comprendo la impotencia. Sabes que somos muchos quienes te queremos, como si fuéramos familia, y disfrutamos de tu sonrisa, no la pierdas…
Las mujeres de tu familia estarán orgullosísimas de leer tremendo homenaje, cielo.
Un beso enoooooorme
Como pude perderme este comentario? No lo había visto… no entiendo que pasa con las notificaciones. No te imaginas lo importantes que resultan tus palabras en este momento (o tal vez si…) te las agradezco inmensamente… un abrazo de todo corazón!.
Tenías razón el otro día, al indicar que hacía días que no te leía, lamento esos momentos de dolor, y más en estas fechas en las que queremos estar con la familia.
También echo de falta no poder estar con la familia con la que he estado durante prácticamente toda mi vida, y ahora más, porque ya hay gente mayor, muy mayor, y creo que estas serán las últimas navidades de todos juntos.
Muchos besos, y disfruta con tu familia, la que has creado 😉
Es triste… y por mas que quieras negarlo… no deja de serlo!. Gracias Marta por regresar por acá y dejar tu huella… de verdad. Tu como emigrante también sabes lo difícil que es todo esto, y agradezco tu empatía.
Te deseo lo mejor del mundo en estas fiestas.