- Que te acuestes ya! Te lo he dicho tres veces
- Se acabó el juego, hay que recoger ya y no lo repito
- Hasta que no te comas el último bocado no puedes ir a jugar
- Que apagues ya la televisión, no lo vuelvo a repetir
- Te lo he dicho mil veces, que te limpies los zapatos antes de entrar
Parecería ser que ese tipo de frases se repiten con mucha frecuencia en casi todos los hogares con niños. Y parecería ser que los padres y madres perdiéramos fácilmente la paciencia cuando nuestras demandas no son atendidas (es decir cuando no nos hacen caso, o no nos «obedecen»)
Muchas veces estas pequeñas imposiciones tienen como resultado el inicio de «Pequeñas grandes batallas» con nuestros hijos, en las cuales, desde luego, nosotros los padres queremos ser los «vencedores» a toda costa. Estamos convencidos que es nuestro «deber» como padres hacer que nuestros hijos obedezcan a raja tabla todas nuestras solicitudes, sin detenernos a pensar que tal vez, y digo solo tal vez, muchas de ellas se podrían simplemente obviar.
¿Pero y qué hacer cuando nuestros hijos no nos hacen caso?
Esta pregunta me la hizo una amiga, y debo decir que con el peque incluso me la he hecho yo misma más de una vez… y la respuesta es la misma… Pues no mucho diría yo! no se trata de «hacer obedecer» si entendemos la obediencia como sumisión y acción inmediata ante una «orden». Se trata de educar en la convivencia y en la identificación de las situaciones de riesgo y de conflicto.
Es duro y difícil, lo sé… Hemos sido educados en la obediencia ciega y sumisa, en esa de – «hacer ya lo que dicen nuestros padres, porque o si no!!!!!— «.
Hace algunos meses Pilar Martínez publicó un post que invita a la reflexión : «La obendiencia es peligrosa» y lo acompaña de un vídeo que estremece cuando lo ves, sobre los efectos nocivos de la obediencia per sé… esa de imposición que niega al individuo (en nuestro caso al pequeño ser) la posibilidad de ser y defender sus posturas y lo pone en una situación de permanente vulnerabilidad.
Desde que ElMayor comenzó a tener problemas de acoso escolar empecé a cuestionarme el porqué de su pasividad y me dí cuenta de que tal vez, por su carácter suave y mediador, él estaba más expuesto que otras personas a que su actitud fuese confundida con «permisividad ante el abuso» más que como «indiferencia ante el conflicto«, así que comenzamos a impulsar un poco de «desobediencia» en sus actos… empezamos a pedirle que hiciera SOLO LO QUE EL QUISIERA HACER y que nos diera sus argumentos CUANDO NO QUISIERA HACER lo que le pidiésemos que hiciera. Y debo decir que esto le ha ayudado mucho a verbalizar cuando se enfrenta a situaciones en las que se requiere un poco más de determinación y por que no decirlo, de agresividad postiva.
ElPeque no tiene este problema, con él es mucho más complicado mediar a la hora de asumir una «instrucción», así que con él tenemos que usar la paciencia y grandes dosis de creatividad para lograr que nos haga concesiones. El tema de la des-obediencia es que resulta muy agotador tener que repetir una y otra vez las mismas cosas, que para nosotros los adultos parecen obvias, pero que para ellos no los son tanto.. pero depende de nosotros como padres, hacer de esto una batalla o no.
Muchas veces lo que hacemos es empezar a anticipar los cambios de escenario, planteando las cosas positivas de lo que viene a continuación; por ejemplo a la hora de terminar de jugar para ir a hacer el baño, nosotros solemos decirle cosas como: «vamos a recoger ahora, para poder seguir jugando en la bañera» o «venga, vamos a recoger para poder escoger el juguete que vas a llevar a la bañera». La canción de «a recoger» fue muy útil los primeros años, pero ahora no le gusta porque dice que es de pequeños.
Otra pequeña batalla que hemos logrado evitar tener es la de la comida; en el momento mismo en que nos libramos del sentimiento de culpa porque no comiera bien o todo, las cenas se volvieron mucho más relajadas y por ende los conflictos también fueron desapareciendo. Una cosa que hemos hecho ha sido poner porciones muy pequeñas, y cuando son alimentos nuevos o que no le gustan, poner a penas un poco y medir si está o no receptivo para probarlas. No sé si ya he dicho que ElPeque es un «niño de alta demanda» por lo que situaciones de estrés hacen que entre en un espiral de rabietas, así que nosotros buscamos priorizar que cosas son realmente importantes de «imponer» y cuales no…
Se trata de bajar la guardia un poco con nuestros hijos, de dejar de verlos como «rivales de batallas» y de usar mucho la creatividad y la paciencia… sobre todo, de entender que una cosa es la obediencia ciega y otra muy distinta es la colaboración para la convivencia en sociedad. Si se establecen normas simples y fáciles de cumplir y adecuadas a cada edad será más fácil. Si nos anticipamos a decir lo que esperamos de ellos, también podremos evitar el conflicto… pero sobre todo si ellos se sienten respetados y amados, será mucho más certera y posible la negociación.
No es fácil, nadie ha dicho que ser padre y madre lo sea… pero vale la pena, a futuro! Se trata de construir espacios de comunicación con nuestros hijos, no de imposición; de aprender a escucharlos y porque no, ceder también nosotros a sus demandas… de negociar, incluso con los más pequeños, así les vamos enseñando que el camino del diálogo siempre es más constructivo que el de la imposición.
No soy una experta en disciplina positiva ni en crianza respetuosa, pero intento aprender cada día para mejorar la relación con mis hijos y que crezcan siendo adultos empáticos y seguros de sí mismos, capaces de decir no al abuso y de desarrollar su personalidad con satisfacción propia, respetando a sus semejantes y haciéndose respetar sin el uso de la violencia.
Enlaces Relacionados:
La obediencia es peligrosa – Maternidad Continiuum http://www.maternidadcontinuum.com/2013/06/la-obediencia-es-peligrosa/
Disciplina en Positivo – http://disciplinaenpositivo.com/
Geniales las reflexiones del artículo. Otra paternidad es posible! Sin culpas, con menos tensiones y poniendo en el centro la relación con nuestros hijos.
Os invito a descubrir el blog del papá mosntruo: http:\thebluemonster.wordpress.com
Así es… con menos tensiones tanto para nosotros como para nuestros hijos! El mundo y la vida ya son de por si complicados, como para que la crianza sume más.
Me encanta descubrir nuevos padres conectados con la crianza y orgullosos de su paternidad. Voy corriendo a ver tu blog. Bienvenido a este espacio…
A mí con las comidas me pasaba igual y me agobiaba tanto que terminaba llorando pensando que no había comido lo suficiente o nada. Cuando se lo comenté al pediatra me dijo que le insistiera tres veces y si a la tercera no quería comer no le dijera nada y no le insistiera más y funcionó porque ella dejó de agobiarse al ver el plato de comida en la mesa y poco a poco fue comiendo. Ahora cuando no se come todo, no pasa nada.
No sabes lo que me alegra que hayáis superado esa "batalla" y que ahora ni tu, ni tu peque se agobien más.
Es que el tema de la comida (como el del frío) son pre-ocupaciones nuestras; como decía mi pediatra (no el de mi hijos, sino el que me atendió a mi cuando yo era peque) – No hay un niño que tendiendo comida se muera de hambre. Es que nos falta tanto por entender del comportamiento de los niños, que haría tan fácil la convivencia en familia.
Hola guapa!
mil gracias por haber nombrado mi post <3
Dices que no eres una experta en disciplina positiva pero ¿te digo una cosa? yo creo que si lo eres! Eres una madre maravillosa, que sirve de ejemplo a muchísimas otras madres (a mi por ejemplo).
Es mucho más fácil tener hijos obedientes y sumisos, lo sé…pero eso trae muchas otras consecuencias.
Tú eres capaz de "ver" a tus hijos, saber lo que necesitan y se lo das y yo te admiro por ello!
Un besazo guapa!!!
Pilar
Pilar, me sorprende y abruma que me digas que soy experta en disciplina postiva, pues lejos de serlo; cometo tantos errores a diario en la crianza de mis hijos que difícilmente podría llegar a serlo, lo que pasa es que si que busco aprender de esos errores y no volver a recaer (soy muy tozuda y evito al máximo tropezar con la misma piedra dos veces), y si que siento que cada vez las cosas van por mejor rumbo.
En cuanto a la obediencia, estoy de acuerdo contigo, es una posición más cómoda cuando se logra esa "imposición", pero gracias a experimentos como el del video, podemos constatar que en largo plazo el costo es altísimo…
Gracias por dejar tu comentario y por la estima que me tienes, (que es mutua).
Un abrazo
A mí me pasa también que hay algunas cosas que a pesar de repetirlas muchas veces ella no hace caso.
Uno de los primeros días incluso solté eso de" obedéceme" y entonces pensé en lo que había dicho y pensaba que no podía caer en eso…
Es difícil la disciplina positiva pero yo no concibo otra manera de hacerlo. Como tú misma me dijiste en un post mío la crianza es entrega 🙂
Un besote reina
Maca! Creo que estamos de acuerdo en que lo importante es "caer en cuenta" cuando repetimos esos modelos con los cuales queremos romper…
Recuperas una cosa en la que creo, se basa la disciplina antigua, y es en la "repetición". Justo hoy leía un artículo de un psicólogo (de la vieja guardia) en el que dice que para que nuestros hijos "sean obedientes, debemos dejar clara la instrucción y no repetirla".. bueno, esto me parece muy fuerte, porque ya se que es cansino tener que repetir, pero es que ahí no está el problema, tal vez el verdadero problema y lo que dificulta e impone la obediencia ciega es que "no se permite explicar las razones ni repetir" A veces la repetición es necesaria porque el nivel de atención de nuestros niños no es el adecuado en ese momento, a veces repetir puede ser necesario porque permite al niño asimilar mejor… claro, todo esto entendido no como "cantaleta" sino como repeticiones positivas.
La crianza además de entrega, es atención al 100%, es prueba y error, es crecimiento mutuo.. y en eso tu eres un gran ejemplo! Un abrazo de oso amoroso…
Te leo hace apenas unos meses, y desde que descubrí tu blog se ha convertido para mi en un imprescindible. Hoy me he decidido a dejarte un comentario porque me ha encantado el post de principio a fin y aunque no seas experta en sentido estricto para mí, mamá de un bebé de 22meses, leerte es un placer porque sabes expresar como pocos mi forma de entender la crianza. Muchas gracias por compartir tus reflexiones
Laura, antetodo muchas gracias por haberte animado a dejar un comentario, y desde luego por tus palabras, son alentadoras, ya que precisamente la mayor satisfacción de un blogger es saber que lo que comparte es de utilidad para alguien más al otro lado de la pantalla, así la utilidad sea precisamente poner en palabras los sentimientos y expectativas del otro. Espero no defraudarte y que sigas encontrando en mis posts útiles y agradables de leer. Espero que estés disfrutando mucho de la crianza de tu peque…con todo lo que conlleva (días grises o soleados). Acá estoy, si me llegaras a necesitar, a un golpe de mail. Un abrazo y gracias por leerme.
Te leo hace apenas unos meses, y desde que descubrí tu blog se ha convertido para mi en un imprescindible. Hoy me he decidido a dejarte un comentario porque me ha encantado el post de principio a fin y aunque no seas experta en sentido estricto para mí, mamá de un bebé de 22meses, leerte es un placer porque sabes expresar como pocos mi forma de entender la crianza. Muchas gracias por compartir tus reflexiones
Genial post, como siempre.
En todos estos meses he aprendido que lo que funciona en esos casos es lo que dices, anticiparse, cambio de escenario, sorpresa….o lo infalible : humor absurdo!!! jejejeje
Lo que pasa es que suele pasar cuando ellos están cansados….y nosotros tb! Y a veces cuesta salir del bucle de rabieta mutua….pero hay que tenerlo presente siempre. porque es más fácil y para no entrar en situaciones desagradables para todos.
Así es María, deberíamos colgarnos un cartel enfrente de los ojos para recordar siempre esas pautas que dices, para evitar las batallas y los bucles (tanto de los adultos como de los peques).
Sé que es cada vez más difícil poder hacerlo y que a muchos padres/madres esto parece una muralla infranqueable, porque se creen así mismos carentes de creatividad o de paciencia, pero es como el ejercicio: cuesta empezar pero una vez le coges el tranquillo ya ni agujetas te dan. A mi lo del humor absurdo es lo que mas falta me hace… aunque las veces que lo he puesto en práctica, hemos terminado todos riendo …jejeje.
Un abrazo
Me ha encantado!! Hacía tiempo que no te leía, pero tener estos minutos y leerte lo agradezco… Creo que además suena muy cansado decir : mil veces, repetidas veces, tres veces… Si lo decimos tantísimas veces y no funciona, habrá que replantearse algo no? gracias wapa, besos!
¡Qué buenos consejos! Aunque aún es pronto, yo intento ir verbalizando este tipo de cosas para estar acostumbrada para cuando nos toque. De momento, con el método que empleamos para comer y nuestra despreocupación de si come más o menos (entendemos que comerá lo que él vea necesario), estas batallas no las tenemos y las comidas son siempre momentos agradables. Lo de recoger aún ni lo he intentado con él, pero he puesto un taper en nuestro cuarto de juegos para que al irnos los juguetes pequeños se queden ahí metidos. De ese modo, si me ve recoger a mí supongo que lo hará según vaya creciendo (o no, no se sabe).
Me ha gustado mucho tu reflexión, es cierto que la paciencia y la creatividad en el caso de niños que no responden a la primera petición es la clave, aunque a veces es complicado ponerlo en marcha es cierto que es el mejor camino.