Hoy llega mi niño ElMayor (2004) de su viaje de fin de curso. Han sido cuatro días con sus noches… eternos para mi, y maravillosos para él a juzgar por las fotos. No había querido escribir sobre esto, porque es repetirme, al igual que el año pasado… con este post.
Pero a diferencia del año pasado, éste viaje tenía un componente de miedo… si eso, miedo, ese que nos paraliza y nos ciega, ese que no nos deja mirar más allá de nuestras propias narices, ese que nos anula como mujeres y no nos permite conectar con nosotras mismas, ese que en las noches hace que te despiertes cien veces a ver si tu bebé respira bien, ese que hace que un mínimo problema de salud te ponga en crisis… ese miedo a que dejen de ser tus bebés… ese miedo a perderles!
Yo que lucho a diario por ir combatiendo la cultura del miedo en la que he crecido, y que intento con todas mis fuerzas animar a mis hijos a vencer el miedo, enfrentar sus temores y darle la cara a las cosas… esa misma Yo… a pasado varios días sumida en ese fantasma aplastante que es el miedo.
Sé que su condición médica actual no es grave, pero no puedo dejar de pensar en esa terrible noche en Paris, y no pude dejar de pensar que algo por el estilo podría ocurrirle estando allí, en ese viaje, lejos de mi… de su mamá!. No obstante le hemos animado a ir, porque otra cosa estaría lejos de ayudarle a vivir una vida normal. A pesar del miedo de nosotros su familia, él no puede cargar con una mochila de temores y limitaciones… tiene que ser (y es) un niño normal, y vivir su vida a plenitud., y nosotros debemos superar esos miedos y enfrentar esos temores.
El miedo es esa emoción que nos pone en alerta, que desagradablemente nos hace sentir que existe un peligro tácito, real, pasado o imagianrio. Un peligro que pondrá en riesgo nuestro equilibrio físico y emocional. Los miedos son propios, únicos, y pueden llegar a ser perfectamente incapacitantes o promotores de las más diversas y agresivas reacciones.
Se tiene miedo a lo desconocido, al cambio, a todo aquello que pueda interferir con la propia zona de confort, a todo lo que no sea predecible… muchas de las discusiones, incompatibilidades, intolerancias y desavenires son a causa de ese miedo a lo que no podemos controlar.
Como mujeres nos han educado en la cultura del miedo… miedo al dolor, miedo a la crítica, miedo al rechazo, miedo al desamor, miedo a la exclusión, miedo a la desigualdad, miedo a la incomprensión, miedo a nosotras mismas y a otras de nuestro género.
Hoy que nos hemos unido a darle la vuelta a las cosas, en pos de un mundo mejor, te invito a superar el miedo, a darle la vuelta y a acercar posturas, a abrir tu mente y tu corazón, y a cambiar el miedo por la cautela, el respeto y la tolerancia… que tanta falta nos hace para vivir en armonía. Te invito a vencer el miedo y a defender tus posturas, con respeto y entereza. Te invito a darle la vuelta al miedo y volverlo tu amigo y no tu enemigo…
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Gran reflexión, como siempre. Y muy valiente tu postura de ir enfrentando los miedos, porque aunque es el camino a la felicidad o vida plena creo yo, también es el camino mas difícil. Espero que estos 4 días, aun con miedo, hayan servido para ir avanzando en la gestión del mismo y sobre todo que todo haya ido bien y tu peque vuelva feliz y lleno de experiencias y recuerdos enriquecedores. Es curioso que en el momento en que somos conscientes del miedo, este nos aterre y paralice. Pero si lo pensamos bien, la vida en si es puro miedo e incertidumbre, solo que no sabemos cuales son esas incertidumbres y así podemos convivir con ellas. Y sin embargo cuando les ponemos “nombre“ nos resultan mas difíciles de gestionar. Creo que es uno de nuestros mayores retos este aprendizaje, porque como tu dices, creo que la cultura del miedo y de la educación basada en el “miedo“ aun domina la sociedad. Un besazo y feliz fin de semana a los cuatro! bueno 5 con Luna 🙂
Gracias hermosa… tu siempre tan acertada con tus comentarios que enriquecen mis posts. Es cierto que no somos conscientes del miedo… aunque no siempre las incertidumbres nos generen miedo… ese del que hablo es el que enceguece y que despierta en algunas personas reacciones hasta agresivas, defensivas e irrespetuosas , por ejemplo.
Gracias por tus deseos…tengo pendiente post actualizando las noticias sobre la adaptación familiar a Luna y viceversa. Buen finde para ti también.
Hay que ver hasta qué punto nos condiciona el miedo y de qué pocas herramientas disponemos para combatirlo. Tengo uns conocida cuyos hijos, ya mayorcitos, nunca han hecho nada por temor a que les pase algo. Es comprensible, pero me encanta tu visión de cargar nosotros, los padres, con la mochila de miedos pero no trasladársela a ellos. Sé por mi experiencia como hija que muchas veces los miedos vienen de haberlos visto en nuestros padres u otros familiares.