Equivocarse no es malo, todo lo contrario, puede ser una gran oportunidad para enriquecer el proceso de aprendizaje tanto del adulto como del niño. La cuestión radica en qué hacemos y cómo actuamos ante un error o equivocación.
Tanto los adultos como los pequeños cometemos errores en cada momento, pero desde luego no todos actuamos de la misma manera, ante esta situación: hay quienes niegan rotundamente el haberse equivocado y hay quienes se dan golpes de pecho ante el más mínimo error.
Como padres, hemos tomado algunas decisiones de vida, no todas acertadas, algunas incluso muy cuestionadas por nuestro entorno mas cercano y familia; pero siempre hemos tenido la certeza de que estas decisiones las hemos tomado movidos por el amor hacia nuestros hijos, y con gran responsabilidad.
Nuestro hijo ElMayor (2009) forma parte activa del proceso de toma de decisiones de muchas de las cosas que le atañen a su vida y la vida familiar, y desde luego ya comienza a cuestionar muchas de las decisiones tomadas por nosotros como padres en el pasado. Esto ha sido para nosotros muy positivo, porque nos ha permitido explicarle las razones que en determinado momento nos llevaron a tomar x o y decisión, y en éste mismo ejercicio, darnos cuenta de que algunas de dichas decisiones, no fueron las mas acertadas.
En estos momentos particularmente nuestro hijo a cuestionado una decisión que tomamos hace 6 años y que estamos revaluando; ayer en el coche me preguntó porqué nos habíamos equivocado, y por un momento, sentí la desilusión en su voz… Al llegar a casa pudimos hablar con mayor calma sobre esa decisión en particular, y el porqué las circunstancias actuales nos han demostrado que no fue la más acertada, al menos no en el hoy y el ahora. Fue una oportunidad para explicarle sobre la temporalidad de las decisiones y la movilidad de las mismas, lo que no es otro cosa, que la flexibilidad que debes tener en la vida para adaptarte a las situaciones, y que es la base para la resiliencia.
A nivel personal, soy de las personas que se permiten el lujo de equivocarse, de reconocerlo y de rectificar, porque como me decía mi padrino (un historiador, escritor y literato colombiano):
Como padres, comentemos tantos errores como aciertos, y de la manera como los manejemos podremos o no influir positivamente en nuestros hijos. Desde el desacierto mas simple hasta la decisión más compleja, creo que mostrar nuestra humanidad nos hace antes sus ojos, mas reales y mas cercanos.
Toda la razón, nos equivocamos, y creo que a ojos de nuestros hijos no tenemos que endiosarnos y contestarles 'porque sí' o 'ya lo entenderás' , ques es muy bueno que nos vean que también nos equivocamos, y aprendemos de los errores, porque ellso no se tienen que sentir mal tampoco cuando se equivoquen en un futuro.
Exacto… creo que es una buena oportunidad de enseñarles a gestionar sus errores en el futuro.
Gracias por pasarte por acá.
Feliz resto de finde.
Todos nos equivocamos, sin duda. Pero coincido contigo en que la clave esta en tomar cada decisión tras una reflexión consciente y desde el convencimiento de que es la mejor opción. Y tener siempre el valor de analizar a posteriori a donde nos ha llevado dicha opción y si realmente es la mejor o no. Y si no lo es, re-evaluar las cosas para tomar nuevas decisiones, y si es preciso reconocer a quien corresponda que nos equivocamos. ¿Sabes que tus hijos tienen mucha suerte de teneros como padres, verdad? porque no tienes miedo a equivocarte y ademas tienes el valor de reconocerlo y rectificar si es precioso, después. Me parece una actitud extraordinaria para criar a unos hijos, y algo que es mas fácil decir que hacer. Yo lo intento, pero espero ser capaz de llevarlo a cabo cuando la peque empiece a cuestionar cosas y cuando lleguen otros retos. Gracias por recordármelo, es un verdadero placer leerte Cata.
¡Un beso y feliz domingo!
Mi niña, que palabras tan bonitas me dedicas.
Lo que dices sobre la capacidad de analizar las decisiones, es todo un reto para muchos adultos, que no se permiten replantearse practicamente nada… esa inamovilidad a la hora de la crianza, no creo que sea positiva. Totalmente de acuerdo contigo.
Creo que como padres debemos darnos la oportunidad de equivocarnos y reconocerlo.
Un abrazo.
Aunque mi niña aún es pequeña, y la mayoría de decisiones las tomamos nosotros, si que la dejamos a ella autogestionarse en todo lo que pensamos que puede hacerlo. Sus juguetes, su comida, su baño… Desde como quiere jugar o con qué, hasta no obligarla a comer algo que no quiere… Todo dentro de unas normas y unos límites, que de momento ponemos nosotros, y a medida que va creciendo le vamos explicando.
Es difícil educar, criar y tomar decisiones por otro, pero creo que si lo haces desde el amor y el respeto, casi casi seguro que lo haces bien.
Desde luego que educar desde el amor y el respeto es garantía de crianza.Y permitir que tomen decisiones es importante para el desarrollo de su autoestima.
Gracias por pasarte.
Vaya, que cierto. A veces creemos que por ser los adultos, tenemos que estar siempre pensando que debemos demostrarles que las cosas se hacen bien. Es dificil para los adultos reconocer con otros adultos que nos hemos equivocado, mas aún con los niños. Buena reflexión.
Claro, es justo eso… que a veces no nos permitimos reconocer que nos hemos equivocado, y no hay nada de malo en ello.
Gracias.