De campamentos, viajes o excursiones… solitos !

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Hoy tengo el corazón arrugado, y no me importa decirlo. ElMayor (nacido en enero 2004, es decir con 8 años) se ha ido de viaje de fin de curso (campamento o colonias),
durante 3 días y 2 noches. Miren la foto de su partida 

Habrá quienes piensen que exagero, pero me da igual. Siento
un vacío en mi casa y mas  pellizquitos en el corazón. Sé que se la va a pasar
muy bien, seguro que sí; pero no importa si el tiempo que va a estar lejos es
poco o mucho
, para mi da es igual… el hecho es que no estará en casa, que no
podré leer con él en las noches, que no se sentará a mi lado en la mesa del
comedor, y que sus risas y chillidos no inundarán mis días… sin importar si son
muchos o pocos: le estoy extrañando.
ElMayor (2004) fue a su primer (y único, hasta ahora) viaje
de fin de curso al terminar 3º de infantil (último curso de la etapa
pre-escolar)
. Lo entendíamos como una forma de
celebrar ese gran paso hacia la primaria, 
pero igual nos pareció en su momento un poco fuerte el “desapego” que
tendríamos que superar TODOS.  El viaje,
era a mi modo de ver, justificable porque era el cierre de una etapa importante
en el desarrollo, al igual que éste. 
El Mayor estuvo muy entusiasmado desde que se enteró que el
viaje este año era de 2 noches (y no 4 como el año anterior, razón por la cual
él mismo decidió no ir)
y al ver todas las actividades deportivas que van a
realizar, así que como éste año ha sido bastante duro para él, pues le apoyamos
en su entusiasmo.

Ayer en la tarde fue la preparación del equipaje, para lo
que hicimos, entre los dos, una lista con fotos de todo lo que llevaría. Cada
muda empacada y organizada en bolsa individual, marcada por él mismo; luego
todo a su mochila nueva y voilá!! Listos para partir. En la mañana estaba muy
entusiasmado, y lo hizo todo rápido, hasta nos ayudó con su hermano peque, para
que pudiésemos llegar a tiempo. Una vez en el Cole… casi que ni nos voltea a
mirar; cuando iban hacia el autobús, no quería que le ayudásemos con el
equipaje a pesar de que la directora del Cole nos pidió a los padres presentes
dar una mano con esto; pero una vez subido en el autobús, pude ver su cara de
felicidad absoluta y cuando se marchaba… una gran sonrisa, agitando su mano y
mandándonos besos! Esa imagen se me quedará para siempre grabada… (eso espero).
Sé que estará todo bien, que la pasará a la grande… pero me
hace mucha falta.  La casa se siente
vacía sin él, y su hermanito ya comienza a notar su ausencia; nada más
despertar de la siesta se puso a llorar porque no íbamos a ir a buscar a su
hermano al Cole como todos los días. Vamos a ver que pasa mañana cuando se
despierte… He cerrado su habitación y me he sentado ante el ordenador a escribir, para celebrar que mi niño se hace grande, y aquí estoy siendo «testigo y cómplice» de ello. 
Esto de los viajes de fin de curso tiene sus pros y contras
como todo en la vida; ya a los 8 años los veo con mayor sentido, sin embargo lo
veo como un afán de hacerlos independizarse y desapegarse; ya sé que habrá
quienes dirían que luego no sabremos como sacarles de casa, pero es que iniciar
estos viajes a muy corta edad, para mi es EMPUJARLOS y no guiarlos, hacia esa
famosa «independencia”. Hablo de los viajes de fin de curso con 5, 4 e incluso
3 años… son unos niños muy pequeños aún, con muchas necesidades afectivas, por
no hablar de aquellas logísticas propias del desarrollo en estas edades, y  y aquí, si que no estoy de acuerdo en que exista una justificación ni pedagógica ni educativa.
¿Qué opinas al respecto? ¿Ya habéis vivido ésta experiencia?
¿Cuál crees que es la edad apropiada para iniciar estos viajes?
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Soy Catalina Echeverry, madre, licenciada en Marketing y Publicidad, Coach, Facilitadora de Disciplina Positiva, Consultora DISC de Comportamiento Humano y ciudadana del mundo. La maternidad no sólo me cambio la forma de ver la vida, sino que me abrió el camino para el cambio continuo. Cada día aprendo algo nuevo, y eso me hace sentirme viva. Soy conferencista, cibercooperante del INCIBE y actualmente trabajo como Consultora de Formación en Habilidades Directivas, un profesión que me ha permitido cerrar mi círculo del propósito en la vida.
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7 Comentarios

  1. ¡cómo te comprendo! mi peque fue el año pasado por 1ª vez de excursión a una granja-escuela, no dormía fuera de casa, era 1º de infantil, niños de 3-4 años, estuve en un sin-vivir todo el día, a la hora de comer me sentí extraña sin tenerlo a mi lado.

    Este año han repetido y lo he llevado mejor, pero aún así le he hechado mucho de menos. No quiero pensar lo q es no tenerlo en casa durante 3 días!!

    • Lo recuerdo… también lo viví a esa edad, fue su primera excursión de verdad!! Cómo pasa el tiempo de rápido, verdad? Yo creo que a pesar de "tener experiencia", siempre les echas de menos… 😉 gracias por dejar tu comentario

  2. Yo también extraño a mi pequeño, a pesar de que el mayor se las prometía felices con papa y mama para el solo, resulta que también le echa de menos, claro, jugar solo al fútbol no es lo mismo, y estamos deseando verle esta tarde a las 17.00, espero que haya disfrutado (junto al tuyo) de sus primera aventura "solo".

  3. Hola! Te he dejado un premio en mi blog 🙂
    La situación que dices aún no la he vivido pero me sigue pareciendo que con tres años son mu pequeños para pasar la noche fuera, y además no entiendo qué prisa hay, ya tendrán tiempo y además siendo más mayores lo disfrutarán más, no?

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