Se que hablar de límites pone con los pelos de punta a más de una madre en la blogoesfera y en la tuiterland, pero yo hablo de límites amables, lógicos y razonables; hablo de límites que les protejan de peligros externos e internos; hablo de límites a su medida y no en la medida de los adultos; hablo de límites que les permitan entender el respeto y el amor propio y practicarlo.
NO WAY!© Imre Forgo | Dreamstime.com
Me preocupa mucho ver que se esté malinterpretando el concepto de límites y disciplina, comparándolo arbitrariamente con «adiestramiento». La disciplina impuesta, el castigo, la opresión y otras modalidades arcaicas de crianza, ya no tienen cabida en el mundo actual, y nada tienen que ver con los límites. No hay que confundir ni dejarse confundir… Me aterra que los niños hoy en día crezcan sin un concepto básico del límite, el respeto y la responsabilidad social… me angustia lo que veo entre algunos de los compañeritos de ElMayor …
Veo niños que en su momento les dejaban hacer lo que bien quisieran porque frenarlos o ponerles límites era ir contra su naturaleza exploratoria; porque decirles NO se pega era irrelevante «al fin y al cabo son sólo niños y tienen que probarse entre ellos», convertidos hoy en día en niños «problema»: En el colegio no saben respetar las mínimas normas de convivencia, no atienden en clase, no atienden a los profesores, son irrespetuosos con sus compañeros de clase, piensan que el mundo les pertenece y no conocen el límite entre su propio bienestar y el del prójimo.
Hace unos cuantos meses, en el blog de Reflexiones de una madre triple psicóloga, Natalia nos daba su opinión como profesional y como madre, sobre los límites (pueden ver la entrada haciendo click acá). Me encantó la forma en que aborda el tema.
Nuestro deber como padres desde luego no puede ser el «imponer» limites, sino el acompañar a nuestros hijos a descubrir que los límites existen y que les servirán para aprender a respetarse a sí mismos y a respetar a los demás. Quien no tiene límites para sí mismo tampoco los tiene para los demás, y puede ser fácilmente víctima o victimario de abusos cuando sea mayor.
Existen límites en función de la edad, y el conocimiento de su existencia, no sólo les permite a ellos mismos saber hasta dónde pueden llegar sino que además nos permiten en un futuro evitar «imposiciones». De pequeños basta con hacerles ver qué cosas se pueden hacer y cuáles (pocos límites y basados en su seguridad y la de los demás, y mejor si se explican y se consensuan) no con cariño y comprensión; si desde pequeño entienden que no todo se puede, de grandes será mas fácil «negociar nuevos límites». Por ejemplo, con ElMayor, desde pequeño establecimos tiempos máximos de exposición a la tele, ahora de mayor entiende perfectamente que no puede excederse en el tiempo ante los videojuegos.. y así muchos otros ejemplos de límites «acordados».
Como dice la escritora Rebeca Wild en su libro Libertad y Limites: Amor y Respeto, «los límites pueden tener la función de definir un espacio en el cual se puede actuar con independencia y libertad y en el cual se pueda dar un verdadero desarrollo»… «Los límites no definen el ser, sirven para mantener el entorno relajado de manera que todos – niños y adultos- se sientan cómodos en él»
Mis hijos saben que existen normas de convivencia que debemos respetar para que nuestro pequeño gran mundo pueda funcionar, y saben que algunas de estas normas se van modificando en la medida en que adquieren nuevas habilidades y responsabilidades y se negocian con ellos; hasta ahora nos está funcionando este modelo, que es mas flexible que el modelo de la «imposición» y desde luego, con gran amor y respeto. Porque establecer límites no significa coartar libertades sino amar en el respeto propio y del prójimo. Firmeza y disciplina con amor. (Uno de los principios básicos de la disciplina positiva)
Hola Catalina! Me ha encantado el post y es que es un punto muy muy importante, yo en la mayoría de los días sigo buscando formas de hacer entender sin llegar a imponer, y es que mi enano es un pillo, conoce límites, sabe lo que está bien y lo que está mal, pero… le encanta retar, le encanta estresar a mamá y desquiciarla muchas veces, creo que es su pasatiempo preferido y a veces se me hace un poco cuesta arriba este tema, también tiene 7 años recien cumplidos y supongo (y espero) que sea cosa de la edad. Cuando ves a un enanillo así retándote con ciertas cosas te llegas a replantear el estar haciendo algo mal, y sigo buscando. saludos!
Vaya… Se acercan a la pre adolescencia verdad? El mayor mío ya ha hecho los 8 años y se impone sus propios limites.. Aunque la verdad hay ocasiones en q como tu dices es difícil negociar… A mi el que mas trabajo me da, es el pequeño de 32 meses… Ese si que es un pillín .. Jeje pero me divierte verlo decirme.. Eso no, verda mama… Para luego salir corriendo ha hacerlo. Gracias por tu comet…
Una reflexión muy lógica y correcta. Yo también creo en los límites y no pienso que sea una educación dictatorial. Los niños necesitan saber lo que pueden y lo que no pueden hacer y quien mejor que sus padres para enseñárselo. Incluso creo que con límites los niños son más felices.
Sandra, me alegra ver que estés de acuerdo!. El Dr. Brazelton (que me encanta) dice que "los límites son demostraciones de amor".. y creo que está en lo correcto.. siempre anteponiendo en respeto y el cariño a todo 🙂
Excelente post! Ésa es la forma en que, creo, debiéramos entender los límites. Hemos pasado de una época en que se reprimía a los niños a otra en que no se les ayuda a encontrar autocontrol. El equilibrio está justo al medio… Con criterio y con mucho amor, poner límites es lo mejor que podemos hacer por nuestros niños.
Gracias por mencionarme!
Un beso!